Silbando a trabajar

Jueves, 31 de mayo de 2012

Escribo estas líneas sin saber exactamente el nivel de silbidos que se escuchó en la final de Copa, cuando sonó el himno español. Hablo de la Copa del Rey sin Rey. Una Copa sin Esperanza, la presidenta, que a pesar de vaciar un bidón de gasolina sobre los ánimos de las dos aficiones, se quedó en su casa. Quizá se quedó pendiente del teléfono, esperando que le digan a cuánto asciende el agujero de Bankia. Si es que alguien lo sabe, claro. Yo haría una porra entre los contribuyentes. Y de regalo, una cadenita de esas con las que los bancos ataban los bolígrafos. Ataban los bolígrafos con cadenita y los perros con longanizas. Y ahora se habla de un gran banco nacional formado de bancos rescatados. Un banco patera.

Fútbol inflamado, economía en ascuas, mundo recalentado… Según dicen, Pep Guardiola planea irse con su familia a pasar un año sabático a Nueva York. Quizá allí sí que vayan silbando a trabajar. Aquí vamos sobrados de enanos (porque nos han crecido los enanos), pero solo se silba en los estadios contra una realidad que nos incomoda. Lo de ir a trabajar ya es una suerte reservada para muy pocos.

«El Berenjenal» en Interviú.

Las cajas negras

Domingo, 20 de mayo de 2012

Atención, metáfora: puede que lo de Bankia sea la caja negra donde encontremos la explicación del batacazo económico de este país, de ese accidente que ha descacharrado nuestra economía hasta dejarnos averiados en la cuenta de Europa y del mundo. En esa caja negra encontraríamos la contrastada inoperancia de los políticos cuando se meten a banqueros. Si los banqueros ya no saben hacer bien de banqueros, imagínate a los políticos…

Lo primero sería reconocer el accidente (dignificando a sus víctimas, que somos todos) y no marear más la perdiz. Ese Rodrigo Rato diciendo que la deja bien es de vergüenza ajena. ¡Pero si se sabe todo! ¡Si las cuentas supuran activos tóxicos! ¡Si casi no queda un banco bueno! ¿A quién quieren engañar? El Gobierno la va a rescatar. Se le ve a la legua y, otra vez, enmascarar esas y otras intenciones no hará otra cosa que encender aún más a la gente.

Reconoce el error, pasa de la imagen exterior y de los mercados. Ponte a trabajar en una dirección clara, sanea el maldito sector bancario y reactiva las financiaciones para que el tejido empresarial pueda respirar, para que la sociedad pueda plantearse un futuro a corto plazo.

Si no se va de cara, lo de Bankia es una caja negra o, algo peor, una caja de Pandora versión Tim Burton de donde van a salir tempestades. Y, por favor: bájense los sueldos, que hay cinco millones de parados. Muchas gracias.

«El Berenjenal» en Interviú.