Javier Krahe que estás en la tierra

Miércoles, 6 de junio de 2012

No salgo de mi asombro con lo del juicio a Krahe. Y si salgo del asombro (que sería como una habitación oscura, rancia, mal ventilada…) me cabreo como se cabrea cualquier ciudadano que viva en el siglo veintiuno con un mínimo de sentido común y en libertad. Libertad de expresión y de pensamiento.

Hay que ser retorcido para buscarle las cosquillas a Krahe por una pieza rodada en 1977. Una pieza artística, dadaísta, que la televisión (¡ay, la televisión!), amplificó muchos años después en una entrevista. El artista no la hizo para el gran público y ahora los intransigentes se la devuelven como un boomerang malicioso, recalentando aquel crucifijo que Javier cocinó en su momento. Ver a Krahe en el banquillo de los acusados es deprimente, nos retrotrae a nuestro pasado más oscuro. Huele a represión, tiene un eco inquisidor y amenazante para todos los que nos dedicamos a la creación y al espectáculo. Rezo por ti Javier, Javier Krahe que estás en la tierra, bienventurada sea tu ironía, venga a nosotros tu sorna. La broma nuestra de cada día dánosla hoy y no permitas que te dejen caer en la tentación de los carcas. Amén.

«El Berenjenal» en Interviú.

Una monja mala

Jueves, 19 de abril de 2012

Ya se destapa la caja de los truenos de los niños robados. Una caja (negra) que guarda tempestades y que solo la Justicia puede airear y reparar. Reparar es un decir, porque a ver cómo arreglas el hecho de saber que fuiste un niño robado, que te vendieron, que eras una mercancía, que se enterraban cuerpos inexistentes… ¡Terrible!

Y ahora aparece en escena una monja mala llamada sor María. Una anciana de rostro avinagrado que se niega a declarar aportando más sombras (si cabe) a esta truculenta historia. La monja miente. Los que la sufrieron dicen que era fría, dura, calculadora y exigente. Todavía nos choca ver a un miembro del estamento religioso ante los tribunales. ¿Por qué? Esa candidez, esa inmunidad que siempre los ha acompañado, no les hace ningún favor. Si han cometido delitos, que lo paguen y que se sepa.

Hay religiosos buenísimos que se desviven por los otros. Si yo fuera uno de ellos, me cabrearía que me incluyeran en el mismo saco que a sor María. La monja se metió en un coche tan oscuro como su pasado y ese coche no debe ir a ningún sitio. Ya ha cometido demasiadas infracciones.

«El Berenjenal» en Interviú.