¿Pero baja el IVA cultural o no?

Viernes, 20 de marzo de 2015

Ahí sigo con la duda. La semana pasada el diario ABC dedicaba una de sus contundentes portadas al tema y anunciaba: «El Gobierno bajará el IVA cultural». Cabe recordar que esta es una reclamación permanente, justificada, indispensable, algo que el sector formula constantemente. Algo vital y vergonzoso a la vez. Somos el país con el IVA cultural más caro de Europa. Quién sabe si se trata de una prueba piloto para ver hasta qué punto se puede machacar una cultura. Un experimento bizarro de aniquilación por desgaste, por asfixia. Bueno, así las cosas, el anuncio de Abc captó la atención. Otros medios se hicieron eco. Lo siguiente que sucedió fue que el Gobierno negó (con timidez, pero lo negó) tal medida. ABC insistió con su primicia: «El Gobierno busca el momento adecuado para anunciarlo». Me gustó mucho lo de «buscar un momento adecuado». Esa tarde colgué un vídeo en Twitter que me grabé yo mismo, donde se ve un pie pisando una especie de superficie lunar y una voz en off que decía: «Si baja el IVA cultural, será un pequeño paso para la cultura, pero un gran paso para la campaña electoral». Pero pasaban las horas y la medida no cogía cuerpo oficial. Por la noche decidimos llamar en directo al ABC. Lo denominamos «periodismo de investigación» y así, de paso, nos reímos un poco de las imposturas del gremio. Costó comunicar con el rotativo, pero al final contestó un señor. «Soy Buenafuente y estamos en directo. Si, por lo que sea, no quiere seguir hablando, no pasa nada». Algo así le dije. Estábamos haciendo una gamberrada, de acuerdo, pero avisando. Una broma bastante blanca, francamente. Lo he practicado en la radio toda mi vida.

Lo que vino a continuación fue un momento tenso e incluso agrio. «¿Qué quiere?». «Quiero que me confirme si se va a bajar el IVA». «Eso es lo que hemos dicho», apuntó muy seco. «Ya, pero el Gobierno no lo confirma, compañero». «¿Cómo ha dicho?». Con esta pregunta, con su pausa, me estaba recriminando que lo llamara «compañero». Lo pillé y no le faltaba razón. Yo también noté que me había precipitado. Todo se torció a partir de ahí. «Llame usted al Gobierno. Oigo risas, ¿estamos en un programa?». «Sí -le recordé-, ya se lo he dicho». Al final me colgó, no entró ni en el juego, ni en la conversación, ni en nada. Estaba en su derecho, faltaría más, pero perdió la oportunidad de ser amable. Después del sofoco, recordé que «nos hemos quedado igual, no sabemos si se baja el IVA de la cultura». Y así es. Mi modesto olfato me dice que Abc dispone de esta información, de una filtración seguramente interesada del Ejecutivo. Pero no deja de ser muy peliculero que el propio Gobierno lo desmienta. Como si les hubieran dicho: «Vosotros lo publicáis, nosotros lo desmentimos, pero es verdad. Cuando por fin se confirme, podréis decir que ya lo habíais avanzado». Algo así. O no. Hace tiempo que no entiendo el periodismo. Y cuando no entiendo algo, no me lo creo o me enfrío, me alejo de él. La prensa, últimamente, parece un juego barato de espías con intereses. Una mezcla de propaganda, de márquetin. Algunas portadas son más bien páginas de humor. Levantan más sonrisas que interés y, por supuesto, credibilidad.

«Memorias en diferido» en Interviú

¿Somos tontos o qué?

Domingo, 20 de octubre de 2013

Cada vez que salen a la luz los informes que evalúan nuestro nivel de formación, nos tiemblan las piernas. Lo del informe PISA, por ejemplo, es como si periódicamente nos colocaran unas orejas de burro a todos los españoles para recordarnos lo tontos que somos, lo mal que estudiamos y las consecuencias que todo eso tiene para nuestro futuro. Puro escarnio. El informe saldrá en diciembre, así que ya podemos ir preparando el capirote para colocarlo en la cabeza de nuestros jóvenes. Estarán muy contentos, ya verán. El Gobierno subiendo las tasas de las universidades para que solo estudien los ricos y, encima, vamos a recordarles que no tienen nivel. Muy bien, muy bien.

Mientras tanto, para ir haciendo boca y evitar que nos relajemos, se ha conocido el PIAC (Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de los Adultos). ¡Otro! Este nos toca a todos. Ese tipo de informe del que nadie ha oído hablar (siempre preguntan a otros), pero que igualmente nos deja a caer de un burro, y nunca mejor dicho. El Periódico de Catalunya publicaba una portada demoledora: «Marca España». Una lista con todos los países de la OCDE, y nosotros, en el último lugar en lo que a comprensión de matemáticas se refiere. Unas páginas más adelante, Rafa Nadal, con su número uno del tenis mundial; pero nosotros, en la cola de veintitrés países estudiados. Parecería que nos va el deporte, pero lo de hincar codos… no tanto.

Escuché a un tertuliano por la radio con una interesante teoría: «El Gobierno podía haber filtrado o evitado el dichoso informe, pero, de alguna manera, el ministro Wert era el primer interesado en que todo esto se supiera y se aireara. Así tiene más fuerza para imponer su nuevo plan de educación». ¡Bueno! ¡Lo que faltaba! No hay semana que no salga Wert por algún lado. Siempre mal, claro. O sea: nos disparamos en el pie para aplicarnos la nueva medicina. Esta, ahora, se llama LOMCE. Por supuesto, ya ha nacido entre polémicas, sospechas y ese tufo político interesado que todo lo impregna. Vergonzoso. Todos los gobiernos hacen lo mismo: los mismos errores. Se confirmaría que no aprendemos, en el sentido más amplio de la expresión. ¿Cuántos planes llevaremos? Según parece, ahí está la madre del cordero. Hemos mareado la perdiz de tal manera que, al final, todo eso afecta, y mucho, al desarrollo normal de la educación de un país.

¿Somos tontos los españoles? No. Sencillamente nos gobierna gente que no está preparada, no aborda el tema con la profesionalidad y la amplitud de miras que necesitamos. Sin partidismos ni mandangas que caducan cada cuatro u ocho años. Haría falta gente -teóricamente, especialistas- que entienda el carácter sagrado de la educación y su estratégica importancia en la construcción de una sociedad. Y mucho más hoy en día, cuando no tienes suficiente con una carrera, se te exige saber de todo, ser polivalente, dominar tres o cuatro áreas de conocimiento e interconectarlas. Si no, te quedas fuera de esa autopista del conocimiento directamente relacionada con el progreso y el bienestar. No veo a nuestros dirigentes por la labor. Al contrario. El presidente mallorquín, por ejemplo, se saca de la manga lo del trilinguismo en las escuelas y monta un cirio porque la gente no es tonta y ve claramente que quiere arrinconar el catalán. Política educacional represiva y de vuelo corto, como el de las gallinas.

El Periódico cerraba su extenso reportaje hablando de Finlandia. Número uno mundial, educación totalmente gratuita, comida, libros, todo… Profesores excelentes y menos (y mejores) horas lectivas. Pues eso.

«El Berenjenal» en Interviú.

Si yo fuera el ministro Wert

Lunes, 7 de octubre de 2013

Si por una de esas cosas del destino —que es muy caprichoso— yo fuera el ministro Wert, tendría que hacer varias cosas. Todas ellas urgentes. Me preguntaría cómo puede ser que me nieguen el saludo en las entregas de premios y que, encima, lo hagan tíos sensatos y profesionales como Juan Antonio Bayona. El alegato del director en San Sebastián, por una educación de calidad para todos, fue de quitarse el sombrero. Y Wert, detrás, con su sonrisilla, su mueca del legislador incomprendido. Y venga a aguantar chorreos, pitadas, broncas…

Nadie está contento con Wert. Ningún colectivo de la educación y la cultura. Yo creo que no le gusta ni a Mariano (el presidente que esquivaba los problemas). Su 21 por ciento de IVA, por ejemplo, ha sido la guillotina del sector del espectáculo cultural. El más caro de Europa. Se ha demostrado que no ha funcionado, pero, políticamente, no piensa rectificar. Vergonzoso. La derecha siempre ha considerado la cultura como una amenaza, por eso han puesto un guardián manostijeras, un vigilante, un villano de pacotilla. Un hombre que se pregunta continuamente dónde está el problema. Cuando te lo preguntas tanto, cuando no lo sabes, es que el problema eres tú. Si yo fuera el ministro Wert, tomaría una última decisión que aligeraría tanta presión: dimitiría.

«El Berenjenal» en Interviú.

Será el calor…

Jueves, 6 de septiembre de 2012

Va a ser eso: el calor. Las temperaturas extremas a las que nos ha sometido el verano tienen que ser la explicación a una serie de cosas que me ha parecido escuchar, ver o leer en los medios. Mi cerebro (ya de por sí un poco deteriorado, no nos engañemos) ha alcanzado temperaturas cercanas al punto de ebullición con lo que, claro, estoy «distorsionado» o hervido o frito o todo a la vez.

He escuchado a la ministra portavoz del Gobierno decir que el aumento de los nacionalismos locales en España perjudica nuestra imagen en el exterior y nos aleja de los inversores. Claro, claro… va a ser eso.
He leído que los alemanes del Bayern han pagado cuarenta millones de euros por un jugador de fútbol. Y mientras tanto, la Merkel se hace la rancia con nosotros y no nos perdona ni la calderilla.
He visto a Rajoy con Hollande (¿aceite y vinagre?) asegurando que en el 2013 no subirá ni el IVA ni el IRPF. ¡Y lo ha dicho sin que se le escapara la risa, eh!
Y lo más importante: parece que estudiarán restaurar el Ecce Homo de Cecilia en Borja… Conservando el original y el restaurado. ¡Los dos! ¿Pero cómo van a hacer eso? ¿Va a ser como quitar el papel de una magdalena o qué? Buf. ¡Qué sofoco! Y va el Rey y le pega la bronca a su chófer. Normal.%u2028Eso es el calor…

«El Berenjenal» en Interviú.

Más madera

Jueves, 26 de julio de 2012

España está cabreada. Muchos salen a la calle y lo gritan, otros lo comentan con rabia e impotencia, los hay que callan y otorgan. (¿Qué pensará el votante del PP en estos momentos?).

El hachazo de los recortes es de tal contundencia que hacía prever lo que está pasando, y esto no ha hecho más que empezar. Los ciudadanos vemos como, otra vez, nos dan donde más duele con ese discurso de la austeridad que ya suena a penitencia impostada. ¿Había que asestarle esta estocada a la cultura con un IVA de récord Guinness? Y lo que es peor: todos los especialistas coinciden en que no podrán cumplirse los planes y no bajaremos el déficit ni locos. Este callejón sin salida da miedo. ¿Hacia dónde vamos? No creo que nadie lo sepa porque aquí no hay líder, ni se le espera. No recuerdo un verano tan caliente, y no estoy hablando del clima.

«El Berenjenal» en Interviú.

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