Orgullo fálico

Domingo, 6 de enero de 2013

A veces, los países se ponen muy masculinos (¿o sería mejor decir machistas?). A pesar de que la Argentina tiene un nombre femenino, su orgullo se concentra en un obelisco fálico y desafiante que parece plantar cara a los oscuros nubarrones que se ciernen sobre él. Pasas por debajo y piensas: «Cómo me caiga ahora el símbolo de la Argentina encima, me mata». Pero nunca pasa, por suerte.

En Barcelona, los franquistas también nos endosaron su obelisco en un cruce de avenidas, pero la gente, tan sabia con retranca, lo bautizó como «el lápiz». Un simple y sencillo lápiz. Así es cómo pasamos a ver el poderoso pene del imperio como un entrañable lápiz con el que escribir nuestra propia historia.

«Fotodiario» en El Periódico

Obelisco