Los mejores lo son por algo. Son una suma de experiencia, de talento, de oficio y de perseverancia. Cuando estás con José Sacristán no quieres perderte ni una palabra de lo que dice, de como lo dice y de por qué lo dice. Este hombre rezuma honestidad y sabiduria. Ama su trabajo, lo respeta y lo sabe definir: «se trata de jugar».
El de Chinchón es una lección de vida con patas y nosotros tuvimos la inmensa suerte de que pasara unos minutos en el programa. Es de los (escogidos) invitados que mejoran los programas. Todos nos emocionamos. El joven Pepe tiene cuatro películas por estrenar. Ya es una leyenda.