51 tacos
Miércoles, 27 de enero de 2016
Los humoristas
Martes, 5 de enero de 2016
Vuelvo a ver esta foto genial de Laurel y Hardy y me acuerdo de algo que pensé hace tiempo. «Los humoristas deben hacer siempre lo contrario de lo que se espera de ellos». Creo que en el quiebro, en la sorpresa, es donde surge la chispa del humor. El germen de todo. El humor nace cuando rompes lo establecido, subviertes la realidad, lo esperado, lo «normal». Luego haces lo que puedes, lo desarrollas, lo haces crecer o lo estropeas, que de todo hay en la viña del humor.
Más fotos de mi obsesión casi patológica en: yohevistocosasquevosotrosnocreeriais.com
Mis propósitos
Domingo, 3 de enero de 2016
Mis propósitos para el 2016 que acaba de empezar se resumen en uno: REÍR. Si ríes es que estás bien y para estar bien hay que reír. Es un círculo virtuoso del que no hace falta salir. Un bucle de placer. Reír. Aligerar, desdramatizar, disfrutar, priorizar lo bueno, descartar lo oscuro. ¡Reír! Celebrar, agradecer, gozar. Además, reír, es mi trabajo. Si es que lo tengo a huevo.
Nota: según dicen, Keaton tenía prohibido salir riendo en ninguna foto. Por contrato. Se lo perdonamos porque era un genio.
Imagino
Miércoles, 9 de diciembre de 2015
…que Lennon sigue aquí y nos dice (o nos canta) cuatro cosas bien dichas (o cantadas) a la cara (o al corazón).
Sin wifi
Viernes, 6 de noviembre de 2015
Un bar de la ciudad de Barcelona ha decidido dar el primer paso: «Wifi no conectado (gente)». Es un lugar bonito, pequeño y tranquilo. Me dicen que apuestan por gente que vaya a tomar un café y hablen entre ellos, toda una temeridad (como negocio) hoy en día. Pero… ¿y si son más modernos de lo que creemos?
He leído por ahí que va cogiendo forma un movimiento que algunos califican como «el apagón digital» o «retorno a lo analógico». Dicen que hay personas que apuestan por desconectar, se dan de baja DE TODO en las redes y pasan de compartir, recomendar, etiquetar y todo eso que nos hemos inventado y que nos ocupa la mayoría de nuestro tiempo.
Personas que borran todo su historial, todas las pistas y empiezan a recuperar una «nueva individualidad», una libertad de movimiento sin estar geolocalizados. Los nuevos analógicos sencillamente usan la tecnología para currar, para sus necesidades básicas y luego «viven» las cosas como se hacía antes. Recuperan las charlas sin mirar cada tres minutos el teléfono, los paseos y viajes (sin fotos), el silencio, las comidas con los amigos, la lectura o el sencillamente no hacer nada. Unos locos, vamos.
(Nota: en el bar les preguntan si «people» es la contraseña)
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