Mi amigo Jose Corbacho tiene una debilidad por los albornoces. No conozco a nadie a quien le sienten mejor, y mira que no es fácil. Esa prenda hecha de toalla se las trae. Me encontré de esta guisa al de Hospitalet en nuestras oficinas/plató de El Terrat. Estaba ensayando su espectáculo en solitario que ya gira por España. Corbacho encuentra la comodidad en cualquier rincón y luego la reparte. Por que a su lado tienes la sensación de que nada malo puede pasarte. Como mucho, igual tienes que ponerte un albornoz.
«Fotodiario» en El Periódico