La libertad de expresión está para ser defendida. No es un concepto abstracto, ni está sujeto a interpretaciones populistas, ni nada de todo eso. La libertad de expresión es libre, como su nombre indica.
Nos hemos propuesto usar la red social de Twitter para tratar de explicar lo que pasa en Venezuela. Por qué? Porque para eso son las redes. No solo para «he cenado y me voy a la cama» o «cuál es tu grupo favorito?».
En la muchedumbre que me sigue en Twitter, @Buenafuente, (a veces me siento como Forrest Gamp cuando le da por correr), hay un montón de venezolanos. Buena gente. La mayoría discrepan de las maneras políticas de su presidente. Un hombre absolutista que usa el poder del pueblo con contundencia y prepotencia. ¿Quién nos va impedir que organicemos una acción en internet, cuando lo que queremos es saber más? Nadie. El canal está abierto. Respeto a los que no piensan igual. Que lo definan también. No debe dar miedo decir la verdad. La verdad de cada uno. Gracias a todos.