(Leer con música de «El Hombre y la tierra»)
El avispado y nervioso surikato, es capaz de detectar radares fijos y móviles, a cientos de metros de distancia. Esta extraña e inexplicable habilidad, le convierte en un vigía privilegiado y de gran ayuda, para los largos viajes por carretera. Encaramado en la guantera y, siempre alzado sobre sus dos patas traseras, éste pizpireto animal no deja pasar ni una y ahorra muchos euros a sus propietarios y, por que no decirlo, amigos.