Todavía ando dándole vueltas al tremendo honor que supuso ser el anfitrión de la celebración de los 100 años de la radio. Todavía estoy disfrutándolo. Se trata también de mi vida. De la vida de muchos.
La radio sigue siendo el territorio seguro donde crecí, donde juego, donde sigo jugando y, lo más importante, conectando con la gente. La radio justifica toda mi carrera y la de muchos compañeros y compañeras. Algunos pasaron por el escenario y lo contaron. Todas y todos transmitieron cariño, agradecimiento, pasión y un bonito sentido de pertenencia que marcó la noche de principio a fin. Estoy seguro de que voy a recordarlo toda la vida.
Gracias a Ràdio Barcelona por la oportunidad y larga vida a la radio.