Mel ya vuela

Domingo, 17 de enero de 2010

El grupo MEL, al que también apoyamos desde El Sello de El Terrat, ya vuela y lo hace bien alto. Se presentó el jueves en la sala Luz de Gas de Barcelona y todas las «crónicas» nos dicen que fue un éxito. Eso significa mucha gente, buena música y buen rollo.
Yo me lo perdí porque he estado en Madrid durante tres días, rodando para los Goya. Mi resfriado y yo. Pero tengo buenos amigos que incluso se prestan a hacer de reporteros. Como Anabel de EL PACTO, prima de MEL por parte de El Sello, a la que encargué unas fotos.

Ismael

He seleccionado ésta. Yo creo que MEL tiene ángel y que darán mucho que hablar y escuchar.

Fito

Jueves, 7 de enero de 2010

Me rindo ante el talento, la simpatía y la normalidad de Fito. El número uno, es un currante del rock que arrasa y ha conectado con el público como pocos lo hacen. ¿Cómo lo lleva? Como siempre.

Vino al programa después de llenar dos Palau Sant Jordi. Y como si nada. «¿Qué tal, tío?». «Ah, bien, bien», y una sonrisa. Fito es un ejemplo para todos los que quieren abrirse camino y se preguntan que hay allí arriba, en el éxito. Pues hay trabajo, compañerismo, fiesta y una cabeza (con gorra), amueblada. Vino, lo pasó bien y se declaró fan del misterio. ¿Algún mensaje Fito/Carmen?

Fito

Robbie Williams

Jueves, 17 de diciembre de 2009

Robbie Williams

Esta foto enmarcada con Robbie Williams que tengo en mi casa, corresponde a la noche en que visitó nuestro programa hace un tiempo. Fue memorable. Le propuse estar un minuto sin hacer nada, en otras cosas. Muy bien. Lo encontré un poco acelerado, pero divertido. Luego vino su retiro (parece que la espina de no conquistar el mercado norteamericano, sigue clavada) y lo de que si estaba estudiando sobre las visitas de extraterrestres y esas cosas que nadie puede confirmar.

Pero Robbie ha vuelto y, estos días, me preguntan porque no vino otra vez a «Buenafuente». Pues no ha sido por nuestra culpa. Nosotros lo pedimos, pero las cosas han cambiado. Las televisiones han perdido peso específico (no quisiera sentirme culpable de eso) y ya no entramos en los planes de márqueting de los artistas como antes. Ahora dependemos de la memoria del propio artista. Alejandro Sanz, Bosé, Fito, Estopa y muchos otros la tienen intacta. Gracias. Seguirán visitándonos a pesar de que no vamos en prime time y de que estamos en una tele pequeña. Digna, pero pequeña.

Las discográficas tampoco son lo que eran. Antes, planificaban la visita del artista internacional, tenían margen. Ahora ya no. Ahora son una cifra de ventas (baja) en los listados de las oficinas centrales. ¿España? ¿Cuánto se vende allí?

Williams rindió pleitesía a «Los 4o» y ya está. Para a los demás, nada. ¿Se perdió la oportunidad de visitar algunos programas, donde acercarse a su público (comprador)? Por supuesto que sí. ¿Lo hubiera pasado bien? Por supuesto que sí.

Todo lo que está pasando perjudica al mundo del espectáculo televisivo, disgrega y difumina todavía más el mercado discográfico y pone en evidencia a los ejecutivos resultadistas que solo ven cifras de audiencia, en lugar de buenos y aprovechables espacios donde demostrar que uno es artista y no solo una marca. También demuestra la posición de España en el panorama mundial. Cuantos menos artistas vean en televisión, más bajo caemos en el escalafón. Cojan la programación de Inglaterra, Francia, Alemania, por no hablar de Estados Unidos.

Esto es lo que hay y me temo que desde nuestra pequeña ventana nocturna, no podemos hacer gran cosa. Solo podemos mantenernos fieles al espíritu funcional del programa, no desfallecer y montar un buen show cada noche con buenos invitados. Los que quieran/puedan o dejen venir. Como dice un aforismo norteamericano: «No te preocupes por lo que no puedes arreglar o no va contigo».

Hasta la noche.

El Sabina, ese que canta

Martes, 17 de noviembre de 2009

Bien, bien, muy bien. Recibir a Sabina siempre es un gustazo, una noche especial. Y así fue. Vino con disco nuevo, con gira por estrenar, «estoy aterrorizado» y con la cabeza más clara de donde han salido las nuevas canciones. Se tomó una cerveza, repartió unas sonrisas, se mostró algo comedido pero nos ilusionó a todos. Porque para eso hacemos el programa. Para que vengan los buenos a contar cosas, a pasar un rato, a compartir unos minutos con sus miles y miles de seguidores. Sabina lo sabe y es agradecido.

Podría quedarse en su casa tan tranquilo, pero cogió un avión y se subió a un programa que emitían después de una película de Chuck Norris.

Gracias Joaquín (otra vez).

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