Los programas van como van. Son imprevisibles y ahí está la gracia. De repente te ves vestido como Mariano Rajoy con un dúo inclasificable al lado: Ojete Calor. Cantaron y les entrevisté pero no hablamos. Bueno, no me escuchaban. Porque ellos no hablan, solo se activan y deliran y rompen cosas o corren y se tiran por el suelo. Y luego salió la Niña que confesó no verle la gracia a la fealdad. «Me dan asco», llegó a decir.
Broncano hizo un informativo con Quequé. Noticias chungas. Y hubo un debate electoral con Pablo Iglesias cantando por Camela y Pedro Sánchez con el torso desnudo. Todos montados en Segways. No sé… Una noche rara. Igual lo soñé.