Al menos las de la nueva sede de El Terrat. Nos hemos trasladado al plató, el sitio donde hemos sido más felices, donde hemos fabricado y vivido miles de horas de televisión. Ahí estamos. En las paredes, una parte de nuestro pasado del que hay estar más que orgullosos. En nuestras cabezas (que sacan humo) nuestro futuro. Nos hemos conjurado para tirar hacia adelante, aprovechar nuestra experiencia, estudiar, investigar y apostar por todo lo nuevo y apasionante que todavía está por hacer. Y una señal: unos pájaros han anidado en el techo del plató. Se escuchan perfectamente desde la sala de reuniones. (Adjunto grabación). La vida sigue, la vida empeza cada cinco minutos.