Lo justo

Miércoles, 22 de abril de 2009

Hay que ver como está aguantando el tirón José Montilla, President de la Generalitat. Ha tenido que ser el nuevo ministro Chaves el que intente desencallar el tema de la financiación. (Tema vegonzoso, a estas alturas), ¿tan difícil es ver que Catalunya pide lo justo?. El govern catalán ha demostrado que no está dispuesto a «tragar», que lo de la solidaridad entre autonomías es un rollo que no se cree ni el que se lo inventó (para pagar menos) y que Catalunya lleva mucho tiempo sin recibir lo justo, lo que necesita para tirar adelante y, más, ahora.

Me está gustando la dignidad y la resistencia de Montilla y me está defraudando la demora y el intento de rebajas permanentes del gobierno central. Menos abrazos y más justicia en la financiación.

Lo justo

Chavezdudas

Domingo, 8 de marzo de 2009

Si dudas de que Chávez -perpetuándose en el poder- vaya a ser bueno para Venezuela, ¿eres poco respetuoso con los designios soberanos del pueblo? Si no te cae bien Chávez por su porte mesiánico y salvador, ¿es que no «pillas» la onda revolucionaria y, por lo tanto, eres un capitalista insolidario? Si nunca te crees los deseos de paz de un militar, ¿es que eres un pesimista o un negativo?

Veo y escucho a Chávez y no puedo dejar de dudar.

Chavezdudas

Obama presidente, Bush al olvido

Martes, 20 de enero de 2009

Obama está a punto de entrar en la historia y Bush está saliendo de ella por la puerta trasera. El primero tiene que intentar reconstruir lo que el de Texas ha dejado hecho un páramo. Un marrón de las proporciones de Júpiter. Conozco bastantes norteamericanos con dos dedos de frente y se ponen como motos cuando les hablas de Bush. De cómo un mediocre mal asesorado se ha cargado la imagen de los Estados Unidos en todo el mundo. Antes, era un país potente que todos envidiábamos. Ahora es un imperio decadente, arrasado por el neocapitalismo de los ochenta y de los noventa, con más enemigos que amigos en el planeta, con varias guerras vergonzosas repartidas por el mundo (siempre lejos de casa) y una prisión ilegal que se llama Guantánamo. Por no hablar de como las hipotecas basura han incendiado la economía mundial. Unos prendas, vamos. Unos ricos venidos a menos.

A pesar de todo eso y mucho más, el mundo entero se cree a Obama. «Grandes esperanzas», titula la revista Time. Me decía Punset el otro día que, cuando las cosas van muy mal y hay que salir del túnel, el ser humano confía en los líderes jóvenes para cruzar los desiertos. Ojalá tenga razón. Se le ve sensato, cauto, responsable y muy consciente de la importancia histórica de su designación. Primero tiene que reconstruir la economía de su país y luego pacificar por acción y por omisión. El mundo pide otro código ético de lideraje. Una manera integradora de hacer política, economía y solidaridad. Todos estamos conectados, así que ya no vale ir de millonario-salvador de la libertad mundial-reserva espiritual de occidente. Yo creo que Obama sabe todo eso de sobras. Habrá que ver si le dejan hacer y hasta dónde llega su personalidad para blindar y hacer respetar su parcela de poder, que es enorme. Recuerdo que Zapatero me dijo cuando le entrevisté que lo primero que hizo al llegar fue dejar claro a los poderes periodísticos, eclesiásticos, empresariales y demás lobbys que él era el presidente elegido y que sólo debía dar explicaciones a los electores.

Por lo que se refiere a Bush, ya no quedan ni chistes. Se marcha a zapatazos y convencido de que ha hecho lo que tenía que hacer. ¡Qué va a decir! Y todavía sale Aznar en el último Vanity Fair elogiándolo, citando a Churchil con lo de que «los pueblos son ingratos con sus líderes» y demás tonterías de manual de autodefensa política. Ojalá los nuevos tiempos impidan que los tontorrones vuelvan a decidir el rumbo del mundo. Aunque, bien pensado, eso es mucho pedir.
Obama presidente, Bush al olvido #1
Obama presidente, Bush al olvido #2
Obama presidente, Bush al olvido #3

Histórico

Jueves, 4 de diciembre de 2008

La televisión ha cambiado. Para bien y para mal. Lo malo ya lo conocemos. No hace falta dar nombres. Más que «malo» es que no me interesa. Incluso respeto a los que les gusta. Cada uno hace con su tiempo y sus neuronas, lo que quiere.

En la parte buena de la tele, según mi opinión, vive y crece El Follonero. Es un crack. Sólo un grande puede agarrar a Ansón por el pelo para comprobar si lleva peluquín. Y encima hacerlo con la complicidad del propio agarrado.

Pero es que, además, significa un montón de cosas. Significa que le hemos perdido el respeto a ese tipo de gente que durante muchos años han hecho que este país fuera un poco menos habitable. Ansón con sus estrategias reconocidas anti-Felipe González, cayó el domingo en las garras humorísticas de un reportero joven, de nueva generación que desdramatizó y relativizó su papel en el presente y el futuro del periodismo. Todo con un estirón de pelo amable y cachondo.

Me acuerdo ahora de una frase de Pepe Rubianes: «nene, no te fíes nunca de la gente que lleva peluquín». Bravo Follo.

Histórico

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