Se nos acumulan las noticias. Follonero estrena con éxito en laSexta (¡bien!), su «Salvados por la campaña». Deja momentos memorables: el «reto Bardem» a los candidatos que luego cumpliría Zapatero, la conversación con el «yang-yin» en El Retiro, el gran Richi infiltrándose en los mítines o Llamazares en los créditos, por poner algunos. Televisión en estado puro. Ya tengo ganas de ver el segundo.
Sin tiempo para descansar, llega el primer debate. Bueno, más que un debate, una exposición televisada de argumentos contrapuestos e irreconciliables. Nada nuevo. Tengo la impresión (muy personal) de que la gente de la calle pasa bastante del tema. Ha sido una legislatura de las que desgastan y hastían. Veremos. Yo me lo pase mejor con los ESTOPA, mitad ilusionados con el nuevo disco y mitad cabreados por el pirateo previo a la publicación que se fraguó en Suiza. «Hay un topo en Suiza. Esto es un caso para la TIA de Mortadelo y Filemón».
Y cuando tus neuronas ponen la reserva, llega… EL CHIKI CHIKI. Última hora: vamos a la gala de la TVE, del próximo día 8, jornada de reflexión por certo. Rodolfo anda crecidito por el plató. Ya ha pedido un menú especial y vigilancia, las veinticuatro horas, de su guitarrita de juguete. «Sin ella, no soy nadie», me balbuceaba anoche. No le entiendo pero me gusta. Me cae. Otra impresión: la gente quiere reírse con Eurovisión. Es así. Ya nadie se cree lo del concurso y, puestos a comérnoslo con patatas, que mejor que ir a reírse. ¿Qué pasará el día 8? Se admiten apuestas. (Gracias a todos los interneteros que han apoyado y jugado con nosotros. Nunca pedimos nada. Ha sido una reacción natural y espontánea).