De «alucinante» o incluso de alucinógeno calificaría el concierto musical que celebraron en Londres para festejar el 60 jubileo de la reina. Vi a Robbie Williams rodeado de la Guardia Real entonando el «Let me entertain you», a Paul McCartney, Elton John, Stevie Wonder y a decenas de artistas más ante miles y miles de ingleses enfervorizados con su monarca. Banderas, himnos, imágenes de la sufrida posguerra, ovaciones… Un chute de autoestima con corona (colonias incluidas), fuegos artificiales y una Reina que no regala una sonrisa desde 1972 o así.
¡Los ingleses! Dicen que aman a su reina, aunque dudan y critican la institución y lo que cuelga: herederos que no heredarán, nueras díscolas o directamente estafadoras y lo más variado y estrambótico que pueda parir el papel couché. Esta movida no aguanta ni un minuto su traslación a España. Está nuestra monarquía para fiestas y conciertos… ¿Cuál sería el logo? ¿Un elefante? Aquí el Rey, mientras tanto, se ha ido a América a buscar dos cosas: dinero para nuestras arcas llenas de telarañas y credibilidad. Después del tropiezo africano, todo esfuerzo es poco. Le escuché decir: «Cuando trabajo mucho, como ahora, estoy muy bien». O algo así. Cómo cambian las cosas…
«El Berenjenal» en Interviú.