Yo no sé mucho de moda. Más bien poco. O nada. Tampoco soy un experto en publicidad ni en escaparatismo ni en tendencias. A pesar de eso, me atrevo a decir que quizás hemos llegado un poco lejos en el afán por captar la atención. Lo pensé al ver un maniquí al que le habían sustituido la cabeza por una pelota de tenis gigante (y no era sabotaje, que conste). Al parecer se han agotado los temas de inspiración para las colecciones y estamos un poco locos. La mejor campaña sería: «Este vestido cuesta 29,95%u20AC. Lo compra o no lo compra. Usted decide». Ahí lo dejo.
«Fotodiario» en El Periódico