La última cena

Miércoles, 28 de enero de 2009

Pero, esta vez, de verdad. La famosa escena bíblica (ojo, Sam Brown, que hay una mujer cogiendo del brazo a Jesús), ha llegado al final. Por lo que deduzco, se trataba de un espejo y me lo encontré tirado al lado de un contenedor. ¡Qué mal final! Una vez descarté llevármelo a casa, me puse a elucubrar: su propietario se podía ver reflejado en él y, por alguna razón, el espejo se rompió con el mal fario que eso conlleva. Igual el propietario era un adefesio. Claro que explícale tú lo del mal fario al propio Jesús que está anunciando su muerte a los colegas, aunque sea en la versión de plástico pintado de oro.
La última cena