Se veía venir: cambio de gobierno, «limpieza general en los medios públicos». Da igual que lo estén haciendo bien, sencillamente no lo hacen «como le gusta» al gobierno de turno. Ponle, ahora, el nombre del Partido Popular en la escoba. Antes fueron los socialistas y antes otra vez los populares. Definitivamente podemos asegurar que los gobiernos no entienden y no quieren entender la función de los medios públicos que, ¡ojo! financiamos entre todos.
Es desesperante y de una miopía e ineficacia que clama al cielo. Nos van a poner como ejemplo en el mundo de como NO hay que hacer las cosas. Es no saber nada de comunicación, ni de periodismo. No saber, ni querer saberlo. Los gobiernos solo ven a sus medios públicos como aparatos propagandísticos enmascarados de servicio público o, por lo contrario, monstruos imaginarios que perjudican al país. Como si la gente fuera tonta, ¿sabes? Céntrate en la honestidad de tu gestión y deja a los demás que hagan su trabajo. Ven fantasmas donde no los hay, desprecian a sus profesionales ignorando su trabajo por luchar en un escenario depravado de medios comerciales. Profesionales que se esfuerzan día a día por conseguir fiabilidad, audiencia y un prestigio. No importa. A la calle y que pase el siguiente. Y cuando cambie el partido en el poder, otra vez a la calle. Y, para hacerlo más complicado, consejos de administración con representación política, mini parlamentos inoperativos, comisarios más que dirigentes, todo hay que pactarlo, todo hay que supervisarlo. Los medios públicos son continuos avisperos donde, por cierto, no hay manera de que la industria audiovisual española pueda hacer algo con regularidad. Entras y te llueven hostias por todos lados, como si nosotros fuéramos el problema.
Hay más: está el faraónico desaguisado de la televisión valenciana que han gestionado todo lo mal que han sabido en todos los aspectos. Una vergüenza. Y, ahora, de un plumazo, todos a la calle. Más descaro imposible. En lugar de haber hecho un plan de viabilidad hace muchos años y mirar de encauzar la situación han dejado que se pudra. Lo que viene será peor. Lo dije hace muchos años: Canal 9 no representa el espíritu, el pensamiento, la creatividad de los valencianos y no es por culpa de los que trabajan en ella. Se enfadaron los directivos. Antes nos copiaron un formato y nos ningunearon en reuniones convocadas a las que no asistieron. Directivos de medio pelo, nula creatividad y menos compromiso con la sociedad. Unos prendas, vamos.
En Catalunya se han mantenido las formas más o menos. Trabajé en ella diez años y fueron de los mejores de mi vida. Si no lo reconociera sería un cretino. Pude hacer lo que quise y tuve directores, con alguna excepción que no computa, que me respetaron. Se sembraron prodigiosas semillas que todavía hoy lucen en la programación. Aunque, ahora, le toca una transformación, una adecuación a la nueva realidad y sobretodo, recuperar la operatividad. Se escucha demasiado en el sector lo de «no vayas a TV3 que están mal, no vale la pena». Me niego a aceptar eso. ¡En TV3, no! Ojalá la hagan bien, quiten todos los nudos que la aprietan, vuelvan a abrir las puertas y eso les permita seguir siendo la única flor en el desierto irrecuperable de los medios públicos españoles.
TV3 siempre ha sido una tele de referencia, donde un buen documental en horario de máxima audiencia es el líder de su franja. Donde se puede hacer un programa como el que hicimos con Punset y sentirte orgulloso. Programa, por cierto, que presentamos también a otras cadenas y todavía están riendo. ¡Cómo me gustó que funcionase bien! Y no hablo de ego. Por cierto, que hemos presentado una continuación de «Com va la vida?». ¿Lo podremos hacer?
Siempre hay alguien que pone el ejemplo de la BBC como modelo. Desengañémonos, en España no sabemos hacerlo así. Nuestra sangre caliente, nuestra poca tradición de libertad, nuestra perversa visión del periodismo nos juega a la contra. Mientras un político considere que un periodista de TVE o RNE le está perjudicando cuando cuenta una realidad contrastada, no habrá manera de tener unos medios libres y respetados. Mi apoyo a los compañeros que se han dejado la piel en sus programas. Habéis hecho lo que teníais que hacer. Vosotros sí que podéis dormir tranquilos.