La guitarra de Rodolfo nos dio un buen susto la semana pasada. Se quebró (por tres sitios) durante unos ensayos con el ballet para Eurovisión. Nuestro héroe ejecutó un salto mortal y la destrozó con su propio cuerpo. Lo que se dice un «guitarricidio». Rodolfo se hundió. Sin su instrumento de plástico se siente desnudo, solo, desasistido. Era la sombra de lo que fue.
Por suerte, la bondad humana es infinita y una compañera del programa se paso toda la tarde de un domingo «operándola». Y Luciana ha sobrevivido. Ya vuelve a ser la de antes. Diría más: es mejor. Más vivida y curtida. Ya sabe lo que es sufrir. Luciana llegará a Belgrado como un verdadero icono. Ya hemos dispuesto un importante despliegue de seguridad para que viaje protegida y segura. Ríete tú de las guitarras de Hendrix o de Eric Clapton. Una noche, no muy lejana, este juguete será durante unos segundos, el centro de atención de toda Europa. Ya me estoy emocionando…
