Nunca había visto mi propio corazón. Sé que está por ahí dentro, pero verlo lo que es verlo, la verdad es que no. Por fin lo he conseguido en la Quirón de Barcelona, donde he ido a hacerme un chequeo que me ha confirmado lo que ya sabía. Que como mal, duermo poco, fumo mucho y cuando sudo, no es por el ejercicio físico. Vale. Me voy a cuidar.
Lo del corazón acojona un poco. Cuando ves el incansable y permanente traqueteo que lleva, te das cuenta de que dependes de él. Es el motor. No le veo la parte poética por ningún lado y mira que le han dedicado canciones. Llegó un punto, tratándose de una ecografía, que me pareció ver unas manos y unos pies en la pantalla. «¿ Y si estoy embarazado?», le pregunté al doctor.
Mi corazón
Miércoles, 12 de diciembre de 2007