Suele decirse que algunos animales tienen una mirada casi humana. «Solo les falta hablar». Descartemos esta última posibilidad (sin duda, sería un sobresalto que hablaran de buenas a primeras) y centrémonos en su mirada. No acaba de ser humana. Les falta… ¿intención? ¿profundidad? ¿sentimiento? Algo de eso. Un poco de todo.
Miran fijamente pero no quieren comunicar nada. Solo ver. Este perro, por ejemplo, asociado a la valla que parece una prisión, puede generar lástima. O miedo. O las dos cosas. Un perro negro, al otro lado de su propiedad que parece decir: «No te pases o me veré obligado a atacar. Soy guardián». Pero no lo dice. Solo mira y… calla. ¿Qué pensará?
«Fotodiario» en El Periódico