Buceando por ahí, he encontrado interesantes webs de diseño, posiblemente, uno de los campos más libres y activos de la creatividad. Me quedo con las siguientes rarezas.
Un «portatampones» que pretende aportar algo de glamour al siempre ingrato mundo de la menstruación.
Una piscina urbana construida en un contenedor. Ojo que el amigo se la ha forrado y ha puesto hasta una escalerilla.
Y por último, la más inquietante. Una firma holandesa, comercializa edredones que son réplicas de cartones. Sí, sí. Para dormir como un homeless en casa, bien calentito. Sería insultante sino fuera porque una parte de los beneficios se van a destinar a fondos de ayuda para los más desfavorecidos.


