La actualidad viene cargada de trajines por todas partes. Algunos vergonzosos, otros necesarios, otros pintorescos. Vaya trajín en Túnez y Egipto. Es el contagio de la libertad y el hartazgo de los pueblos contra sus tiranos. Esos mundos, siempre tan anudados por las religiones, empiezan a despertar. Y Europa, mirando hacia otro lado. Y China que se apunta a las censuras porque ve las barbas del vecino. Y USA que no sabe qué hacer… Vaya trajín en el cine español.
«Amigos de EL PAIS, dejad un poco tranquilo al cine español», ha pedido Corbacho en Twitter. Y lleva razón porque habrá que hacer una gala y seguir con el trabajo del año pasado, basado en abrir esta industria a todo el mundo a través de un espectáculo ágil, divertido y con calidad. ¿O vamos a hablar toda la noche de la dichosa Ley Sinde?.
Vaya trajín se lleva entre manos el abuelo Berlusconi. 74 años, el colega, y lo quiere todo: las televisiones, el fútbol, el poder, las menores, sus fiestas. ¿A este tío no se le puede aplicar ya la jubilación anticipada o qué? Si yo fuera italiano, me escondería debajo de una piedra (romana) hasta que pasara el temporal.