He aparcado por un tiempo mi habitual pudor para mostrar mis pinturas, y he decidido colgar en el camerino de invitados de Buenafuente, el pez enorme que pinté este verano. «Salió» muy rápido. Es una acuarela bastante grande. Un pez que ignora los anzuelos y que cierra los ojos, nadando por encima de los corales. Ahí está.
Un pez para los invitados
Miércoles, 7 de octubre de 2009