Vaya época nos está tocando vivir. Después de un anestesiante bienestar (para algunos) estos temporales de virus, odios y guerra que están azotando al mundo el reto es mantener la cabeza clara, el corazón limpio y la razón en forma.
No creer en lo increíble, apostar por la empatía, luchar por la paz y proteger la alegría y la bondad con nuestra vida y nuestros actos. A todas horas y en todos los frentes. Suerte, salud y fuerza.