Vale, hace mucho frío, pero hay que volver a la trinchera de la madrugada. Parece que todo está helado, paralizado, con resacón, empachado, pero no es así. Siempre hay algún brote verde (u ocre) donde agarrarse y, a partir de ahí, tirar de la madeja de los chistes y vuelta a empezar. Nos hemos pegado unas buenas vacaciones, pero las necesitábamos.
Yo me he ido a Nueva York tantos días que casi me empadrono. Más adelante hablaré de la proverbial hospitalidad de Mikel Urmeneta que consigue hacer de La Gran Manzana una pequeña mandarina. Gracias a todos los seguidores desvelados con los que me he mantenido en contacto a través de Twitter. Destaco el mensaje de fin de año de mi amigo Jaime Muñoz: «2010 y los coches sin volar». Tiene razón. Lo único que vuelan son aviones que aterrizan en aeropuertos emparanoiados. Más vale no hacer el tonto que te enchironan.
Por lo demás, mucha comida, mucho andar y mucho, mucho frío. Parece que el cambio climático se ha tomado unas vacaciones y ha hecho frío. ¡Como tiene que ser! Ahora nos vamos a arremangar (lo justo), para volver al aire con programas nuevos y relucientes, llenos de ideas que nos han traído los Reyes. No sé si son magos, pero son los únicos que trabajan en Navidad. Hasta ahora.