Encontré estas fantásticas zapatillas en un escaparate de Madrid. Discretas, con la fiabilidad de haber sido fabricadas en China, con apariencia de ser muy cómodas y, sobre todo, baratas. ¡Solo 3 euros! Me compré las atigradas rojas (las amarillas llevaban cartón) y las voy a llevar siempre de viaje. Incluso puede que me las ponga en los largos vuelos transoceánicos. Mucho mejor que las que te regalan en los hoteles. ¡Dónde va a parar! Solo hay un problema: al ser talla única me cuelga un poco el talón. Nada grave. Ya me acostumbraré.
«Fotodiario» en El Periódico