Mi colega Rouzbeh

Lunes, 10 de noviembre de 2008

Madrid volvió a sorprenderme. Lo hace cada vez que voy. Destaco la calidez de todos los que me hablan del programa. Lo hacen con humor, con cariño, con declarada fidelidad. De alguna manera, eso me carga las pilas porque cuando les pones cara a los seguidores, la televisión se humaniza y cobra sentido. Entré en un bar a tomar un café. Era un bar en el que trabajaba Rouzbeh, un iraní de unos cuarenta años. Me lo presentó el dueño. Me dijo que era dibujante, que había hecho cosas en su país pero que en Madrid, había empezado en la escuela de animación. Algunos de sus dibujos colgaban en el bar y, de repente, me animó a escoger uno: «El que quieras. Te lo regalo». «Muchas gracias. Yo también dibujo, así que puedes tener por seguro que valoro mucho el detalle». Me quedé con éste que lo dice todo. Un hombre, con la casa a cuestas y caminando de noche por un desfiladero». Lo encuentro emocionante.
Mi colega Rouzbeh
Rouzbeh, me regaló un trozo de su vida. Me invitaron al café y a un dulce de miel frita. Pensé que así es como me gustaría que fuera este país. Donde los que vienen buscándose la vida, se integran, mejoran, encuentran más posibilidades y se relacionan con los que tuvimos la suerte de nacer aquí. Todo lo que no sea esto, es una acumulación de culturas, a menudo cerradas y temerosas, que no hacen otra cosa que ahondar en las diferencias, multiplicar los recelos. Eternos inmigrantes que nunca echan raíces definitivas. Me temo que las dos partes, receptores y recién llegados, tenemos mucho trabajo por delante. Quizás hablemos de varias generaciones.

Eugenio

Sábado, 8 de noviembre de 2008

Un buen amigo, que me conoce, me manda un video impagable del mítico Eugenio. Se trata de una actuación en TVE. No hay que perderse la presentación de Lidia Bosch y Toni Cantó. Pero lo bueno, lo mítico, sigue siendo el porte austero de Eugenio. Su mirada. Las cejas. Esas gafas. Jamás vi a nadie más que las llevara. Como suelta los chistes, como aguanta el tirón, como fuma y como bebe.

Me he acordado de Andy Kaufman, otro raro. Eugenio sigue vigente. Hace un tiempo propuse a TV3 un programa de homenaje, pero no estaban por la labor. Queda pendiente. En Tv3 o donde sea.

Ojalá Obama

Jueves, 6 de noviembre de 2008

Siempre necesitamos sueños. Ilusiones que iluminen el horizonte. No hemos venido a sobrevivir, sino a mejorar las cosas, cabrearnos con lo que está mal y pensar que el mundo no puede ir tan rematadamente de culo. Ahí es cuando entra en escena Obama. Antes de ser presidente ya es un mito. (Igual deberíamos calmarnos un poquito y esperar a que despliegue todo su ideario político).

El caso es que los americanos lo han hecho tan mal en los últimos años que parecía imposible que remontaran el vuelo. De momento han elegido al piloto, al líder, que deberá sacarlos del barro global en el que se han metido y, de paso, nos ha manchado a todos. Ahora veremos si es capaz de ejercer de presidente, de conducir la gran potencia americana por un mundo más justo que pide a gritos que se reinvente.

Queda claro que ha caducado el neo capitalismo más exacervado, el culto al éxito, el dinero y el poder, ignorando los desequilibrios del planeta. Ha tenido que ser la economía, la que reventara, para que nos diésemos cuenta de lo mal que lo estábamos haciendo.

Hemos vuelto a la casilla de salida y Obama simboliza otra partida nueva, hecha desde las heridas del último descalabro y con miles de millones de personas a la espera de cambios. Obama dijo el día de su victoria: «el cambio todavía no ha empezado. Os necesito a todos.» Vale. Pues ya nos tienes. De momento lo único que podemos darle es confianza. Toneladas de confianza. Esperamos que esté a la altura, sepa administrarla, leer el nuevo orden mundial y actuar en consecuencia. Quedamos a la espera.

Ojalá Obama

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