Se coge y se siguen publicando los monólogos marca de la casa. (Este año llegaremos al número 1000). Se incorporan los cambios de la improvisación, con lo que ya tenemos, no sólo los textos, si no la gracia (?) del directo. El resultado es una captura en papel de los buenos momentos de entrada del programa. Luego se piensa un concepto para el libro. Siempre lo hago. Se valora una foto de la burra Aniversaria de la que soy padrino en Málaga y se pasa proyecto a Frankie de Leonardis. «¿Por qué no le pones mis ojos y mis gafas y mi barba?». Frankie contesta que hay que hacer una nueva sesión de fotos a la burra. Lo hacemos. El propietario alucina. Luego se cocina a fuego lento en el Photoshop. 4: el photoshop.
Frankie pone pelo a pelo. Se aprovecha un excelente retrato que me hizo Josep Maria Linares, para la solapa. Se empaqueta, se manda a la editorial y se saca a la venta. Unos días más tarde, servidor rueda un anuncio para televisión. Para laSexta que no hay mucho dinero, me dicen. Bueno. Pues para laSexta. Me calzo un disfraz de burro de fiesta infantil y reúno a mis queridos y sufridos guionistas. Nuestra norma es que todos aparecemos como autores, a pesar de que yo dé la cara (de burro).
Y ya tienes tú libro y te has convertido en burro, cosa que -pensándolo bien-, nunca has dejado de ser. Como todos. Todos llevamos un burro dentro.
Pruébalo en casa. Déjalo todo y conságrate a la risa. Pide tus créditos, habla con las cadenas, sométete al veredicto del público, duerme poco, reinvéntate cada día y luego pide a los astros que se acuerden de ti. Es muy fácil.