Nada. Lo típico: llegas al ensayo y hay un serrucho que puedes ponerte de peineta. Esa noche, Pirata se calzará una hacha, muy «a lo vasco». Y pasa el rato y te olvidas, así que haces como que no pasa nada con el serrucho en la cabeza. Luego ponemos un vídeo de un perro gracioso con una zanahoria que se le escurre de la boca. Y preguntas: «¿podríamos conseguir una?». Lo pruebas, la gente se ríe y decides incorporarlo al programa.
Ensayar es jugar antes de jugar. Un programa es un juguete y un presentador debe ser como un niño que saca el máximo partido a ese juguete. Y todos tan contentos.