Antonio es un veterano camarero. Ha visto de todo… Bares, restaurantes, bodas, actos, nada se le resiste a Antonio. Cuando se abrocha la chaquetilla y se peina hacia atrás, se ve capaz de todo. Solo hay una cosa que no soporta, y es que le cojan el abridor y no se lo devuelvan. Eso no. «Eso es una falta de respeto», sostiene. Por eso, escribió su nombre y lo pegó en la parte trasera del modesto abridor de propaganda. Era su manera de «marcar» el territorio. Antonio: si lo buscas, lo tengo yo. Así nadie te lo cogerá.
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