Un pollo de goma como símbolo de la comedia. Eso no lo vimos venir. Por previsible, básico e infantil.
Pero… quizás ahí esté la explicación.
Un pollo de goma y sus ruiditos en manos de cómicos que lo han hecho casi todo durante muchos años pero que no olvidan quitarle hierro, importancia y pompa a algo tan sencillo como la risa. Sacas un pollo y la gente se ríe. ¿Quién puede resistirse a eso?