Encuentro esta foto de Jorge París, una de las últimas que le hicieron al gran Antonio Ozores y me siento obligado a dedicarle unas líneas.
Puedo decir (y no exagero a causa de su desaparición) que es uno de los invitados más divertidos que hemos tenido. A su lado, respirabas la comedia en estado puro. Y admirabas que un hombre de ochenta años, todavía mantuviera intacto ese surrealismo, esa necesidad de no decir nada en serio. Todo risa, todo mundo propio e inventado por un cómico de los de antes, de aquellos que sortearon la posguerra, la dictadura, la transición y lo que le echaran. Trabajó hasta el último momento, como los grandes. Llegué incluso a proponerle que colaborara con nosotros, aunque al final no pudo ser. Guardo las charlas que mantuvimos en el programa, como parte del pequeño patrimonio que me quedará cuando me retire. Hasta siempre Antonio.