Ni crisis, ni depresiones, ni historias raras. Muchachito Bombo Inferno (el músico que te atrapa desde el minuto uno de sus canciones), ya está de vuelta con nuevo disco. ¡Bien!

Me contó hace tiempo que se estaban currando un videoclip artesanal muy bueno. No exageraba. Aquí lo dejo. Muchachito es un ejemplo de autogestión, superación, fiesta, calidad y buen rollo. Pero del de verdad. Un tío generoso, «nasío» para el ritmo. Le espero en mi programa.

Paseábamos por Nueva York «armados», como siempre, con nuestras cámaras. De repente lo vi claro. «No te muevas Mikel». Ahí estaba ante mis ojos: una mezcla de homeless, aventurero, genio, actor y no sé cuantas cosas más.

Cuando llegué al apartamento de New York, mi anfitrión Urmeneta, me había preparado una mesa con pinturas, pinceles, acuarelas, tintas, todo. Ya os he dicho que como anfitrión es insuperable. Así que solo tuve que sentarme y esperar que las musas (heladas) de la ciudad aterrizarán en mi cabeza. Algunas vinieron, otras no pasaron de la ventana. He dibujado bastante y voy a ir publicando por aquí algo de lo que surgió.

Mi padrino televisivo se llama Antonio Gala. Nunca falla. Vino el primer día de nuestra pequeña/mediana historia como programa y siempre está a punto para cualquier celebración. La última fue el pasado lunes con motivo de los cinco años en antena. «He venido por amor», me dijo. Y yo lo valoro enormemente. Porque en esta época de prisas, superficialidades y tele fast food, tiene mucha importancia haber hecho un amigo. Y un amigo como Gala, ojo. Descarado, ingenioso, rápido, culto, listo… Lo tiene todo.

«Que fino es Gala», me decía un espectador al día siguiente. Fino por mordaz, incisivo y atrevido. Un hombre que lo tiene todo, pero se permite la licencia de ir a «jugar» a la tele. Mi agradecimiento eterno. Y, por supuesto, también a todos los seguidores que nos mantienen en pie.
En esto de la tele (parece una perogrullada) si no te ven no eres nadie.

Vengo de despedir a Mariló Casals. Se ha ido para siempre. Era una de las mujeres más increíbles que he conocido. La tarotista más divertida, descreída e intuitiva del mundo. Compartí grandes momentos de radio y televisión con ella. Tenía la cabeza llena de sueños y un corazón con miles de amigos. Por eso había tanta gente en su adiós. Nuestro recuerdo será constante y para siempre. Mariló era diferente.