Mi colega Rouzbeh

Lunes, 10 de noviembre de 2008

Madrid volvió a sorprenderme. Lo hace cada vez que voy. Destaco la calidez de todos los que me hablan del programa. Lo hacen con humor, con cariño, con declarada fidelidad. De alguna manera, eso me carga las pilas porque cuando les pones cara a los seguidores, la televisión se humaniza y cobra sentido. Entré en un bar a tomar un café. Era un bar en el que trabajaba Rouzbeh, un iraní de unos cuarenta años. Me lo presentó el dueño. Me dijo que era dibujante, que había hecho cosas en su país pero que en Madrid, había empezado en la escuela de animación. Algunos de sus dibujos colgaban en el bar y, de repente, me animó a escoger uno: «El que quieras. Te lo regalo». «Muchas gracias. Yo también dibujo, así que puedes tener por seguro que valoro mucho el detalle». Me quedé con éste que lo dice todo. Un hombre, con la casa a cuestas y caminando de noche por un desfiladero». Lo encuentro emocionante.
Mi colega Rouzbeh
Rouzbeh, me regaló un trozo de su vida. Me invitaron al café y a un dulce de miel frita. Pensé que así es como me gustaría que fuera este país. Donde los que vienen buscándose la vida, se integran, mejoran, encuentran más posibilidades y se relacionan con los que tuvimos la suerte de nacer aquí. Todo lo que no sea esto, es una acumulación de culturas, a menudo cerradas y temerosas, que no hacen otra cosa que ahondar en las diferencias, multiplicar los recelos. Eternos inmigrantes que nunca echan raíces definitivas. Me temo que las dos partes, receptores y recién llegados, tenemos mucho trabajo por delante. Quizás hablemos de varias generaciones.

Últimas criaturas

Viernes, 17 de octubre de 2008

Algunas de las últimas «criaturas» surgidas de mi otra pasión. Todas proceden del «cuaderno rojo» que, muy aplicadamente, he empezado hace poco. A medida que vean la luz, las iré colgando. O no.

Últimas criaturas #1
Últimas criaturas #2
Últimas criaturas #3
Últimas criaturas #4
Últimas criaturas #5
Últimas criaturas #6
Últimas criaturas #7

Urmeneta submarino

Jueves, 4 de septiembre de 2008

Mikel Urmeneta ha pasado unos días en mi casa y nos ha demostrado las excelencias de su cámara de fotografía submarina. Es una compacta pequeña con la que graba pequeñas películas de esas en las que te salen burbujas de la boca y parece que estés volando. En realidad estás en una piscina, pero eso es lo de menos.
Urmeneta submarino
Con Urmeneta no te aburres. Me parece que es de los mejores elogios que puedes decir de una persona. Siempre tiene algo nuevo que contar. Cuando crees que le conoces, te vuelve a sorprender. Nos intercambiamos dibujos, pintamos piedras y aireamos confesiones.

A ver qué traerá la próxima vez….

Urmeneta submarino

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