Soberbia canina

Martes, 2 de abril de 2013

Quizás me esté obsesionando con los perros. A lo mejor debería consultar con un especialista esta fijación mía con los canes. En realidad, la explicación es muy sencilla: saco a mi perro a pasear (mejor dicho, él me saca a mí) y siempre llevo conmigo una cámara. El resto es muy fácil. Solo hay que estar un poco atento y… disparar. Además, ya que los perros no hablan, no es necesario pedirles permiso. No se lo van a contar a nadie. Supongo. Me pareció que este perro, concretamente, adoptó una pose como de soberbia. Una mirada altiva, con el morro hacia arriba, como diciendo: «¿Qué pasa? ¿Pasa algo?». Un perro de clase alta, acostumbrado a mandar, a menospreciar. Sí, buscaré un especialista.

«Fotodiario» en El Periódico

Soberbia canina

¿Miedo o pena?

Jueves, 20 de diciembre de 2012

Suele decirse que algunos animales tienen una mirada casi humana. «Solo les falta hablar». Descartemos esta última posibilidad (sin duda, sería un sobresalto que hablaran de buenas a primeras) y centrémonos en su mirada. No acaba de ser humana. Les falta… ¿intención? ¿profundidad? ¿sentimiento? Algo de eso. Un poco de todo.

Miran fijamente pero no quieren comunicar nada. Solo ver. Este perro, por ejemplo, asociado a la valla que parece una prisión, puede generar lástima. O miedo. O las dos cosas. Un perro negro, al otro lado de su propiedad que parece decir: «No te pases o me veré obligado a atacar. Soy guardián». Pero no lo dice. Solo mira y… calla. ¿Qué pensará?

«Fotodiario» en El Periódico

¿Miedo o pena?

El hombre es el mejor amigo del perro

Martes, 13 de noviembre de 2012

Sí, ya sé que la frase original es al revés. Pero también funciona si cambias el orden. Y todavía más, cuando ves situaciones como esta.

Buenos Aires, Argentina. Un joven pasea dos perros. Uno de ellos decide dejar un «regalo» en la acera. Su propietario, siempre atento, recoge con una bolsita las minas anti-zapato. Así como cambias los pañales de tu hijo porque lo quieres, no se me ocurre otra explicación para este momento. Solo te recoge las cacas un amigo. Y eso, los perros, deberían saberlo.

Buenos Aires, Argentina

Gato malo

Miércoles, 13 de junio de 2012

Los gatos me atraen de la misma manera que me provocan miedo. Los fotografío a la que puedo. Este era especialmente arisco, malo, como salvaje. Quería darse un festín y allí estaba yo dando por el saco con mi camarita. Su mirada lo dice todo. Es odio puro. Creía que ya lo tenía pero se lo mandé a mi amigo Josep Maria Linares y él me la devolvió peor.
Recomiendo visitar sus fotos, porque no solo sabe agrandar ojos de gatos. Sabe hacer muchas más cosas con la fotografía. Y todas son buenas.

Gato malo I
Gato malo II

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