On

Martes, 1 de septiembre de 2009

Ya empieza a arrancar el motor de BFN, aunque tardaremos algunos días más en salir al aire. Ya llegan poco a poco los miembros del programa. Algunos luciendo moreno de verano, con esa tendencia que te coge a minimizar: «pse, cuatro días que he ido a la playa. Yo es que me pongo moreno muy rápido». Otros vuelven más blancos. Quizás sea el impacto de imaginarse de nuevo ante esa temporada inmensa que llega hasta… ¡EL PRÓXIMO MES DE JULIO! Sea como sea, poco a poco y con buen humor (vivimos básicamente de eso).

Se avecinan buenos y apasionantes cambios en el programa. Más de una novedad y las ganas de salir a navegar cada noche con nuestra mesa de madera que nos permite seguir a flote por sexta temporada. Todo eso, a pesar de esa crisis que todo lo mancha como un chapapote anímico y que deja a la gente con cara de pocos amigos. Ahora, más que nunca, la comedia se convierte en la tabla de salvación. Por eso tenemos ganas de volver y ya nos reunimos, y tomamos cafés y nos mandamos correos con chorradas y nos enseñamos las fotos en el iPhone, quien lo tenga. Como dice un miembro de El Terrat cuando volvemos de vacaciones: «Ya está. Ya ha pasado todo. Tranquilos que ya estamos todos juntos.»

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Vacaciones

Viernes, 3 de julio de 2009

Voy a repetírmelo que no me lo creo: «vacaciones, vacaciones, vacaciones…» Cumplimos con la tradición: vino mi madre, pasó revista al año, la liamos con un cohete, emoción, agradecimiento, esfuerzo justificado… Todas esas cosas que normalmente trae de serie el último programa de la temporada. Pero, esta vez, me parece que la satisfacción merece una explicación.

Vacaciones

Hemos culminado una quinta temporada con brillantez, muy buenos resultados y una sensación de que el programa se ha revalorizado, ha hecho su enésima reinvención y mira al futuro con orgullo y muchas cosas que decir. ¿Por qué? Porque nos lo curramos.

Porque hay un equipo que se deja la piel y me acompaña, me mima, me hace mejor y se cree lo que hace. ¿Que hay que pasar a una cadena pequeña? Pues se pasa y se demuestra que «pequeño» es sólo un adjetivo para calificar a los directivos de televisión. No hay cadenas pequeñas. Hay proyectos, ganas, riesgo y TELEVISIÓN. Un arte precioso, a pesar de que algunos quieran convertirlo en un supermercado barato.

Era bonito ver improvisar a… ¡mi madre! Si es que me viene de familia. Han sido diez meses repletos (atiborrados) de tele, teatro, libros, trabajo en la productora y mucho más. «¿Vas a descansar?», me preguntaban. «Pues sólo lo justo», porque a los que nos gusta que pasen cosas, la inactividad nos aplatana. Lo justo para coger carrerilla.

Muchas, muchas gracias a todos.

Ojos de pez con problemas en los ojos

Domingo, 21 de junio de 2009

Linares, uno de nuestros operadores de cámara en BFN, sigue sorprendiéndonos con sus fotos. Ahora le ha dado por el objetivo ojo de pez y su ya habitual retoque posterior. El resultado salta (como los salmones) a la vista. Da un poco de miedo. Me pregunto cómo hará para que se vean esos poros (que yo juraría no tener) de semejantes proporciones. Me «trincó» en una pista de squash y a Berto en el plató. Paso a compartirlas con la humanidad entera.
Ojo de pez con problemas en los ojos #1
Ojo de pez con problemas en los ojos #2

Tocar el cielo

Jueves, 28 de mayo de 2009

Pongamos que «el cielo», si es que existe, debe estar en Roma que es donde Dios paga sus impuestos. De ser así, el Barça de Guardiola lo tocó ganando la Champions, consiguiendo el triplete, dejando con la boca abierta a medio mundo y coronándose en el olimpo del fútbol legendario. Seguramente sea un deporte sobredimensionado pero… ¡Qué más da! El fútbol nos evade, nos ayuda a aparcar la vida un rato, nos une, nos alegra y hasta nos permite hacer un programa de televisión como la copa de un pino que es lo que hicimos la noche de la final. Me recordó los años de la radio. Con la actualidad palpitando en nuestras narices, con conexiones, testimonios, Berto en Canaletas, la sabiduría de John Carlin y hasta el lujazo de un Alex de la Iglesia, presentando un corto en exclusiva para nosotros. Un trabajo intenso, justificado, que nos dio sentido (más) y nos hizo salir abrazándonos orgullosos. Me sentía feliz, completo, en el sitio y en el momento adecuado. Si todo eso lo ha hecho un equipo de fútbol, pues bendito sea. Firmo uno así cada mes.

Y hay más cosas: han triunfado unos tíos normales, currantes, de la cantera, razonables, brillantes, admirados pero no idolatrados. Barcelona respiraba ayer (y la cosa va a durar) como en los Juegos Olímpicos del 92. La gente está contenta, relajada, se diría que feliz. Dios, si es que existe, sabe que necesitábamos esta alegría más que nunca. Por todo eso, ¡visca el Barça!

Tocar el cielo

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