Nuestro querido Tiriti (el de la izquierda en la foto), me manda un corto alucinante. Se llama «The black hole» y hace bien avisando de que «no es un culo». Siempre he pensado que las fotocopiadoras esconden secretos que desconocemos. Por fin una historia que arroja más luz sobre el tema. O quizás no tanta…
Ahí va:
Agujero negro
La foto de Groucho
Las buenas fotos, destacan de entre todas las demás. Ahora que todo el mundo tiene una cámara o un teléfono y se disparan millones de clics cada minuto, cabe recordar que los buenos fotógrafos nunca mueren. Y sus obras maestras, mucho menos.
Esta foto de Grocucho Marx, es del gran Richard Avedon. Berto me habló de ella, tras un viaje a Berlín. Dice que le cautivó. Un día más tarde, nuestro cámara Josep María Linares me la mandaba por mail, sin saber que la habíamos comentado con Berto. ¿Casualidad? La imprimí y la he colgado en el espejo de mi camerino. Grocuho fue el mejor y parece como si esta foto le haya hecho entrar en la eternidad.
Dos estrellas
La Niña de shreck y la co-protagonista de Vamoss, Pepa, en una bonita instantánea distribuida a los medios de comunicación de España, Portugal y Grecia.
Andy Kaufman que estás en la luna
¿Preparados? Vamos a ver uno de los momentos más brillantes de la historia de la televisión y del humor. Estados Unidos. Primer programa del mítico «Saturday Night Live«, en la NBC. ¡Primera noche! El programa se sigue emitiendo en la actualidad.
Bueno, de repente aparece el cómico más inclasificable jamás visto: Andy Kaufman. El hombre que destrozaba los estereotipos. El extravagante más entrañable. Se cascó esta actuación que fue su primera y única aparición en el programa. A la semana siguiente, dado que la dirección de la cadena no lo quería, un actor pidió que los espectadores votarán si querían que Andy volviera. ¿Qué paso? Mírate la peli (sensacional) «Man on the moon». Pero, primero, la actuación.
Reír después de ver
Los Coen lo han vuelto a hacer. Son tan buenos que no parecen de Hollywood. Cuando el cine se ha convertido en una excusa para comer palomitas o vender videojuegos, estos señores siguen sorprendiendo en cada entrega. Ahora se echan unas risas con el mundo paranoico del espionaje y la burrocracia de Washington. Vuelven a acertar con el casting, vuelven a imprimir un tono propio de comedia que no lo parece, una historia plagada de perdedores, confusiones y violencia gratuita. Los personajes son perfectos, el film gana intensidad minuto a minuto y sales con la (cada vez más inédita) sensación de no haber tirado el dinero. Me gustó mucho.