Don Sancho Panza

Lunes, 10 de diciembre de 2007

¡Pues anda que no he disfrutado poniendo la voz de Sancho Panza, en «Donkey xote»!. Era una espina que tenía clavada. Hace tiempo, hice unas pruebas para un oso (dicho así, queda curioso), pero no me cogieron. Bueno, no me han dicho nada más y la peli ya se estrenó, así que como «yo no soy tonto»… La espina ya es historia, porque Filmax me propuso meterme en la piel de Sancho Panza y dije automáticamente que sí. Tiene algo de magia, lo del doblaje de dibujos animados. Como un truco sonoro. Primero ves un ser regordete y mudo que camina por la pantalla. Te dan tus/sus frases. «Se las pones» en la boca y !tachán¡ ,cobra vida. Así. No diré que es fácil, pero si que es muy gratificante. Fue inestimable, la ayuda del director José Pozo y de Manolo García (la voz de Grisom) uno de los mejores dobladores del país. Un lujo de compañeros, vamos.
Donkey Xote
Una semanas más tarde, en la rueda de prensa, quise felicitar la valentía de Filmax y su inversión de 150 millones de Euros, en esta peli. Plantando cara a los millonarios americanos que encima vienen a España y no conceden entrevistas. Sólo una comparecencia autocomplaciente (Bee movie-Jerry Seinfield) y nada de vidilla. Mal. Eso sí. Luego todos como borregos a consumir sus productos.

«Donkey Xote» se apoya en el clásico de los clásicos, pero lo sirve según el paladar del siglo XXI. Se sale de la historia conocida, juega con ella y espera conectar estas navidades con el público. Pues mira: yo le deseo lo mejor. Ah, y una cosa. Soy Sancho Panza. Lo digo porque me tocó darle una voz especial y no se me reconoce. Lo mío con el cine es muy fuerte. O salgo diez segundos o no se me reconoce.

Woody Allen

Jueves, 19 de julio de 2007

Lo de que Woody Allen ruede en Barcelona su última película, es una lotería que nos ha tocado. No puedo entender las voces críticas al respecto. Me parece de un localismo irritante y mal interpretado, cualquier argumento (ironía y humor a parte) que se enarbole contra el genio de Nueva York. Woody Allen es, sencillamente, irrepetible. Único.

¿Qué vale dinero? Pues claro que vale dinero. Yo firmo dónde sea para que una parte de mis impuestos sirvan para patrocinar movidas como esta. Que nos ponen en el mapa. Que suben la frágil autoestima catalana. Es como si no supiéramos disfrutar con nada, por bueno que sea. Por supuesto que algún político se ha apuntado al sarao y que abundan los que sacan pecho en las fotos. Allá cada uno con su ética y su vergüenza, pero nada de eso resta el más mínimo ápice de importancia al hecho de que en cualquier momento puedas encontrarte con Woody Allen en Barcelona.

Cabe recordar que ésta es la ciudad del mundo que, proporcionalmente, consume más películas de Woody. Así que vamos a intentar dejar de decir tonterías y conseguir el móvil de Scarlet Johanson. ¿O es que se va ir pensando que no nos gusta su presencia?

Amigos

Lunes, 14 de mayo de 2007

Bonita instantánea con mi amigo Nacho Vidal. El actor tiene restaurante con sus amigos y sus socios. Buena gente. Después de tantos favores como le he pedido para el programa, no podía rechazar su invitación.
Con Nacho Vidal
Así que fui encantado. Comimos sushi, hablamos de todo y de nada y respiramos los primeros aires salados del «casi» verano. En mitad del paréntesis, apenas pude apreciar los terremotos mediáticos del empate del Barça y la pérdida del liderato o la salida fallida de Alonso en Montmeló. Pensé que a lo mejor no me interesan mucho. Como la Copa América de Vela.

Una vez retransmití un mundial desde Salou y me mareé. Me limitaba a ir explicando los resultados que me pasaba la oficina de prensa. Yo en un barquito y, a lo lejos, unos más grandes dando tumbos. No le vi la gracia, la verdad.

Me llama Pepe Rubianes desde Nairobi. Ha estado grabando una semana con Javier Sardà para Tele 5. Hasta aquí puedo leer. Pepe me mandó un sms, agradeciendo mi mención en el programa tras su absolución de todos los cargos. Conozco a Rubianes y sé que se le calienta la boca, pero que no desea nada malo para nadie. No soporta, como tantos, las falacias y el uso partidista de la historia y las identidades. Y ya está. Es otro bufón que, ahora, se sabe querido por el publico y respetado por la justicia.

Ver más