Tocar el cielo

Jueves, 28 de mayo de 2009

Pongamos que «el cielo», si es que existe, debe estar en Roma que es donde Dios paga sus impuestos. De ser así, el Barça de Guardiola lo tocó ganando la Champions, consiguiendo el triplete, dejando con la boca abierta a medio mundo y coronándose en el olimpo del fútbol legendario. Seguramente sea un deporte sobredimensionado pero… ¡Qué más da! El fútbol nos evade, nos ayuda a aparcar la vida un rato, nos une, nos alegra y hasta nos permite hacer un programa de televisión como la copa de un pino que es lo que hicimos la noche de la final. Me recordó los años de la radio. Con la actualidad palpitando en nuestras narices, con conexiones, testimonios, Berto en Canaletas, la sabiduría de John Carlin y hasta el lujazo de un Alex de la Iglesia, presentando un corto en exclusiva para nosotros. Un trabajo intenso, justificado, que nos dio sentido (más) y nos hizo salir abrazándonos orgullosos. Me sentía feliz, completo, en el sitio y en el momento adecuado. Si todo eso lo ha hecho un equipo de fútbol, pues bendito sea. Firmo uno así cada mes.

Y hay más cosas: han triunfado unos tíos normales, currantes, de la cantera, razonables, brillantes, admirados pero no idolatrados. Barcelona respiraba ayer (y la cosa va a durar) como en los Juegos Olímpicos del 92. La gente está contenta, relajada, se diría que feliz. Dios, si es que existe, sabe que necesitábamos esta alegría más que nunca. Por todo eso, ¡visca el Barça!

Tocar el cielo

El gran Iniesta

Miércoles, 13 de mayo de 2009

¡Pero que pedazo de jugador! Ha tenido que ser un chaval de la cantera, sencillo, buen compañero y NORMAL el que nos encandile a todos y vuelva a engancharnos con el buen fútbol. Ni pelos raros, ni anuncios de calzoncillos, ni novias raras, ni vida nocturna inconfesable. Un buen jugador. Hoy se le echará de menos pero en Roma la va a liar. Seguro.
El gran Iniesta

Laporta

Jueves, 26 de febrero de 2009

Joan Laporta lo ha pasado bien y lo ha pasado mal, presidiendo el Barça. No es un hombre invulnerable porque nadie lo es. Es un hombre resistente con un sentido del orgullo y la responsabilidad que le ha servido para capear el temporal de la asamblea anterior al verano y el éxodo de directivos, hasta llegar a día de hoy con un equipo líder en la liga y un entrenador que, como le dije, «es una lotería que nos ha tocado».

Joan Laporta
Nunca he tenido nada en contra de Laporta. (En realidad no tengo nada en contra de nadie. Yo voy a lo mío). Me gusta haber tomado aquel café con él (gracias a las gestiones de su equipo y el mío), comprobar que todo era un problema de comunicación (del anterior jefe de comunicación) y que las dudas se disipan con franqueza y predisposición. En nuestro programa no nos comemos a nadie. Es un programa abierto y amable en el que se recibe con generosidad al que quiere venir a pasar un buen rato. Y así fue.
Caso cerrado.

Lo de la rivalidad

Miércoles, 7 de mayo de 2008

Me piden un artículo los del diario Público con motivo del Madrid-Barça. Les digo que paso bastante del fútbol. «No, no. Sobre la rivalidad entre ciudades». «Vale».
Mandé estas lineas:

«No puedo hablar de la rivalidad entre Barcelona y Madrid porque no creo en ella. Creo en la complementaridad, en la suma y en el enriquecimiento. Lo de la pugna entre ciudades nos sirve para echarnos unas risas tomando unas cervezas, pero no se ajusta a la verdad. Toda la gente inteligente que conozco ama las dos ciudades, sabe disfrutar las diferencias y valora la personalidad de cada una.

En toda mi carrera, jamás he encontrado problema alguno por el hecho de vivir y trabajar en Barcelona. Diría que incluso al contrario. Así de fácil fue, por ejemplo, la decisión de emitir nuestro programa desde casa. Lo propuse, se aceptó y ya está. En aquel tiempo pensé: «¿Por qué pueden hacerlo otros países, -USA por ejemplo- y no pasa absolutamente nada?». Los Angeles-New York, Barcelona-Madrid. ¿Dónde está el problema? Bueno, en honor a la verdad, debo reconocer que se pierde presencia en el meollo empresarial, artístico, político y de gestión general que goza Madrid. Pero gano en libertad y tranquilidad. No saben el placer que produce no tener que acudir a ninguna fiesta, ni compromiso indeseado. Gozo de la distancia que necesitamos los cómicos para reírnos de todo/todos. Conozco a menos famosos pero puedo vivir sin notarlo.

Madrid y Barcelona se necesitan. Tendría que haber cuarenta Aves y cincuenta puentes aéreos. Viajar cura todos los males, acerca a la gente, elimina suspicacias y yo diría que hasta adelgaza.»

Un momento

Miércoles, 5 de marzo de 2008

Un momento de pausa en la campaña electoral, para recordar que
mola muchísimo ver a Pau Gasol jugando en los Lakers con Bryant
y compañía.
Pau Gasol con Bryant
Ya está. Sigamos con la campaña.

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