Así se llama el proyecto que tenemos entre manos, Mikel Urmeneta y un servidor. Infierno y cielo. Sin especificar dónde está cada uno de esos lugares inventados que, seguramente, sólo viven en nuestra mente. Quizás ni eso. Hell-Heaven es un juego, una diversión. Nos propusimos quedar en Nueva York y dibujar un mural en un papel enorme de siete metros de largo. Lo hicimos. Quedamos en Semana Santa y lo hicimos. Nació una técnica parecida al jazz, dónde uno se complementa con el otro y viceversa. Una de las cosas más emocionantes que he hecho en mi vida. La noche antes, no podía dormir.
Visto el resultado, le propuse a Mikel volvernos a encontrar en Formentera y completar la dualidad «Hell-Heaven». También lo hemos hecho. Ha quedado precioso. Creo que cada mural refleja el espíritu del lugar, nuestro estado de ánimo y más cosas que se me escapan pero que están ahí, entre los colores, los dibujos y las palabras. Tinta, pintura acrílica, acuarela… lo que sea. Creo que tenemos algo muy bonito entre manos. Hay una galería de Barcelona interesada y quizás podamos pasar las barrera del pudor y enseñar lo que hemos parido.
Charlie Lonnegan se encarga de inmortalizarlo en video y Mia Font de que rule por la red. Hell-Heaven es como un pequeño monstruo dormido a punto de ponerse de pie y empezar a andar. Es un placer indescriptible, hacer lo que te pasa por la cabeza, sin dar explicaciones a nadie. Hacerlo porque sí. Porque lo llevas dentro y porque te divierte. Más noticias próximamente.
Mi pasión por el dibujo, va en aumento. Ya está colgada www.andreuwings.com. Es mi modesta presentación en sociedad.
Dibujar es hablar sin saber lo que vas a decir. Un lenguaje nuevo y subjetivo. Llevo mucho tiempo acumulando trabajos y ahora ha llegado el momento de abrir la carpeta.