Aprovechando que los calores aprietan y casi ahogan, es un buen momento para descubrir (el que no lo conozca), al mítico Terry Richardson, el fotógrafo más descarado, sexual, incorrecto y festivo que existe. Va camino de convertirse en una leyenda. A parte de ganarse la vida retratando para grandes marcas de moda, lo que realmente «pone» a Richardson es capturar la libertad y el juego sexual y, muy a menudo, él es el protagonista. Como suele decir: «Nunca pido a las chicas que hagan algo que yo no haría».
Hasta Obama se rindió a sus pies (es un decir). Terry acabó de disparar para el prestigioso calendario Pirelli del próximo año. Un privilegio al alcance de muy pocos. Si entras en su web y te compras uno de sus libros, nunca podrás olvidarlo. Los genios tienen eso: se quedan en tu cabeza para siempre.






