Xavi Roca me pasa ésta foto que no tiene desperdicio, la verdad.

Sor Berto (el amigo de los perros), transmite paz con su mirada y ,se diría, que incluso ha cambiado de sexo. Igual son cosas de la Semana Santa…

Tengo la sensación que como conmigo mismo. Conmigo, pero envejecido. Resulta un poco extraño. Me veo como un maestro de Kung-fú que me mira entornando los ojos, como diciendo: «Andreu, andreu. Que nos hacemos mayores chato!!!».

Quiero aclarar que solo bebo un vaso de vino y que la comida está en buen estado.

¿Si te toca un helado gratis, pone «premio»? ¿Todavía salen los palos con regalo? ¿No habíamos quedado que nadie regala nada?