He aparcado por un tiempo mi habitual pudor para mostrar mis pinturas, y he decidido colgar en el camerino de invitados de Buenafuente, el pez enorme que pinté este verano. «Salió» muy rápido. Es una acuarela bastante grande. Un pez que ignora los anzuelos y que cierra los ojos, nadando por encima de los corales. Ahí está.

Un pez para los invitados
El increible Blu, ha vuelto
Y está vez acompañado de David Ellis en un trabajo a dos bandas y cuatro manos que no puedo definir. Me supera. Estamos hablando del hombre que armado con pinturas y una cámara fotográfica, se ha inventado un modo de hacer animación sin precedentes y sin comparaciones posibles. Siéntate y disfruta. Empieza la magia.
Soy un enano
Según el dibujante Luís Gaspardo que me ha regalado ésta caricatura. ¡Es genial! Así se lo he dicho. No dejen de visitar su web.
Dice Gaspardo que siempre le han inquietado los humoristas: «¿Por qué hacen humor los humoristas?». Buena pregunta. No hay respuesta. Porque sí. Porque somos así. Porque algún día nos dijeron que eramos graciosos, nos pagaron por ello, la gente nos siguió y se convirtió en nuestro oficio. Y acabamos trabajando como enanos.

Intercambio
El amigo de un amigo me dejó su casa durante unos días, situada cerca del mar. Dejar tu casa es un acto de generosidad que no todo el mundo sabe o está dispuesto a hacer. Y, además, no quería cobrarme. Pensé que podía pintar alguna cosa y regalársela como símbolo de agradecimiento. Encontré una completísima tienda de bellas artes y me hice con todo lo necesario. Decidí que lo haría todo con acrílicos.
Monté mi chiringuito y la inspiración hizo el resto. Alguien me dijo: «podrías establecerlo como un intercambio. Te dejan la casa y tú les pintas una obra». Oye, pues no está mal visto…



La camiseta de este año
Ya ha llegado «John Lemon», la camiseta de éste año. Cada verano me he propuesto mandar una con algún dibujo mío y así comunicar a mis amigos y conocidos que me acuerdo de ellos. La respuesta de los destinatarios me anima a seguir. Porque una camiseta siempre es una camiseta. ¡Qué grandeza tiene una simple prenda! Me mandé una a mi mismo para «recordarme», que nunca está de más. Pues eso: que feliz verano a todo el mundo, que ustedes esquiven la crisis como se esquivan a los esquiadores novatos que bajan por las pistas sin control y te pueden romper una pierna y que compartan las vacaciones con los que quieren que, a fin de cuentas, es el único patrimonio que nos queda de verdad.
