Lo sabía. Bueno, no lo sabía pero me parece muy acertado que le hayan dado el Premio Ondas a «Salvados«, en concepto de programa más innovador de televisión.
El pasado domingo, mientras miraba el programa, juro que pensé «se está inventando un nuevo lenguaje. Juega con todo.» Era, cuando entrevistaba por teléfono al presidente de Google, con dos cámaras, bromeando con el Googlemap.
Jordi es muy bueno. Siempre lo ha sido. Sabe sacar oro donde los demás solo ven una simple entrevista. Sabe provocar sin hacer daño. Es un finísimo analista político, un periodista con olfato y estómago. Tiene que saber qué pasa, tiene que ir, tiene que convertirlo en espectáculo.
Bueno. Podría hablar una hora de Jordi y me quedaría corto. Encima, se ha rodeado de un equipo buenísimo, dando a luz un precioso «retoño» que va a dar mucho que hablar. Esto es solo el principio, estoy convencido. Felicidades a todos. Me preguntaban ayer: «¿Cómo ha conseguido Salvados, un programa de laSexta, que PRISA le diera un Ondas?». Me limité a contestar: «Es El Follonero. Consigue todo lo que se propone». (¡Qué alegrías me das, hijo mío!).
¡Qué gran idea empezar la gira de Terrat Pack en Santander! Los dos días, actuaciones incluidas, mejoraron todas nuestras expectativas. Había que ver el Palacio de Congresos con sus 1.700 personas. Lo dije en «La ventana» de Gemma Nierga, dónde siempre nos reciben como en casa: «necesitábamos esta gira, mucho más de lo que creíamos».
El presidente Revilla, ejerció de anfitrión insuperable. Se pasó todo el sábado con nosotros. Visitamos el parque natural de Cabárcenas. Una antigua mina de hierro al aire libre, reconvertida en residencia para los animales salvajes. Hasta me ofrecieron acariciar un pequeño león de cuatro meses, pero no lo vi muy claro. El felino de nuestro grupo es Jose Corbacho. Berto y Follonero son como Xavi y Iniesta en el Barça. Puro talento y tanto presente como futuro. El equipo de Terrat Pack parece una gira de los Rolling Stones ya que a parte de los compañeros del teatro, se ha sumado un equipo de televisión que nos sigue a todas partes. Estamos recogiéndolo todo, con la mirada puesta en unos programas especiales para laSexta. Vamos todo el día rodeados de cámaras y micrófonos así que hay que ir con cuidado. O no. Ya veréis lo que dan de sí dos días.
Llegué a pintar una bota en el Restaurante Riojano de Santander. Una antigua tradición del local, a la que tuve el honor de sumarme. Escogí el corazón que anda (algún día me lo voy a tatuar) y un lema en el que creo ciegamente: «Si ríes, vives más». Si la gira sigue así, viviremos eternamente. Próxima parada: Valencia.
El subdirector de BFN, nos comunicó el otro día en Madrid, su asombroso descubrimiento. La cerveza que se acababa de beber, conservaba la pista de todos y cada uno de los tragos, gracias a la huella de la espuma. En total: nueve. Me pareció asombroso, aunque no sé qué utilidad puede tener. Acaso para los del CSI. Los buenos guionistas, se fijan en cosas en las que el resto de gente no repara. Ahí está una de las claves del oficio.
La vida empuja y hay que prepararse para la vuelta. Ya estamos liados con lo de Terrat Pack: la primera gira de monólogos en teatros como Dios manda. Hemos buscado músicas con Ramón, como en los viejos tiempos de la radio. Mia se encarga de la web. También hemos grabado las promociones para la nueva campaña de laSexta, con Oriol Bosch, un crack. Creo que van a sorprender.
Este jueves, las presentamos en Madrid con todos los compañeros de la programación. Ojalá lo pasemos tan bien como el año pasado. Los actores van desfilando por el plató. Todos felicitamos a Berto. El único que no prepara nada es Charlie, el gato callejero que se ha quedado a vivir. No tiene ningún plan. Sólo dormir y jugar con las mariposas. Sin duda, es el mejor de todos.
Pase lo que pase el sábado, Rodolfo ya ha ganado. La broma ha tocado su «cielo» particular sorteando todos los obstáculos, infiltrándose en el sistema y -sobretodo- aupada por la gente que ha querido jugar con el tema. La fuerza de internet ha quedado patente. No hay otra lectura.
Estoy superorgulloso del trabajo realizado. No se trata únicamente del hombre del tupé con su guitarra de plástico que es un crack y ya lo sabíamos. Se han cooordinado decenas de profesionales para llevar a cabo la gamberrada. Productores, maquilladoras, vestuario, márketing, prensa, operadores de cámara, redactores, webmasters y muchos más que me dejo. A todos ellos, muchas gracias. Como esas bailarinas, y sus horas y horas de ensayo, intentado ensamblar un gag, en un festival de proporciones gigantescas. Te gustará más o menos, pero es muy grande y había que dar la talla. Esto lo hacen actores sin experiencia y no pasamos del puente aéreo.
Me decían desde Belgrado: «Somos la alegría del festival». ¡Bien! Se trataba de eso. De reírnos y generar buen rollo. Hay que pedir disculpas por si hemos ofendido a alguien. Como dice Corbacho: «Es mejor pedir disculpas, que pedir permiso». También nos hemos reído con las lecturas malintencionadas de los que no han querido ver la broma y sólo han hurgado en sus escándalos inventados.
En un país avanzado -con un mundo del espectáculo bregado, ágil y sano-, lo del chiki sería habitual. Es un fenómeno, pues a saco con él. Se estaría preparando una película y un musical. Aquí, no. Aquí hay telepredicadores seniles que quieren ver lo que no hay (con mala fe) y diarios que pretenden ganar un Pulitzer, porque no se les ocurrió a ellos. Da lastimita. ¡Qué mala es la envidia! Yo, cuando algo me gusta y me sorprende, no pienso «si no se me ha ocurrido a mí, es que ellos lo han hecho mal». Yo, no. Me relajo, lo disfruto y aprieto los puños par seguir trabajando y mejorando.
De todas formas, nada podrá aguarnos la fiesta. Para unos gamberros como nosotros, lo de Belgrado es muy grande y así lo vamos a vivir. Como esa gente (¡muchísima!) que se pondrá delante de la tele para disfrutar con una complicidad y un buen rollo que nos emociona. Trabajamos para esto. Para liarla. Para subvertir lo establecido, para romper y rasgar la seriedad de un mundo previsible y gris que, un tío con dudoso acento argentino, ha agitado durante unas semanas inolvidables. Me siento orgulloso de pertenecer a EL TERRAT y haber llegado hasta aquí. Y que quede claro que no vamos a detenernos. Lo mejor está por venir y no sabemos por donde. Eso es lo guapo. Perrea!!!!!!!!