Hay que salir a recargar de vez en cuando. Me he podido permitir una escapada con la família (a la vista del trabajo que se avecina, era el momento) y me siento nutrido y con ganas.
No conocíamos Japón y todavía estamos procesando todo lo visto y vivido.
Otro año, un cuarto del siglo XXI ya consumido. Bueno. Eso eso que estamos vivos, activos y en la carretera. Lo mires por donde lo mires es bueno y estimulante. Seguir, seguir, seguir. Y si encima eso sucede haciendo lo que más te gusta, no puedes hacer cosa que sentirte agradecido.
Tengo la sensación de que va a ser un buen año. Nos vamos de gira (corta pero intensa) con Berto y un pollo gigante. ‘The Chicken’. Nuestro querido ‘Nadie’ nos sigue abriendo caminos, trazando más y más rutas para disfrutar.
Vendrán más proyectos y seguiré al pie de la letra las indicaciones de Rick Rubin: «busca lo que tu percibes y nadie más ve». Amén.
Estando en uno de mis lugares soñados, Machu Pichu, ya estaba grabando un video para el regreso del ‘Nadie’. Tu crees que te vas pero ya estás volviendo. Al menos, mentalmente. En este mundo híper globalizado y conectado, ya solo puedes aspirar a pequeñas huidas, pequeños oasis mentales porque las distancias, aparentemente, son imaginarias.
Los “oasis” se construyen apagando el teléfono, conectándote con el momento y viviéndolo todo lo que puedas y sepas. Lo intenté. Descubrí Perú, me maravilló, sufrí el mal de altura y quise ser más viajero que turista. Difícil en tan solo diez días, pero lo intenté.
Trabajo en algo que me gusta, me siento un privilegiado y todo lo que viene está temporada, tiene muy buena pinta. Así que con una mitad del cerebro estaba muy lejos y con la otra ya pensaba en volver. Siempre fue así y no me voy a quejar.
Espero que los que hayan podido refrescar un poco la mente estén moderadamente preparados para todo lo que nos espera.
Y que tengamos salud, paciencia y ganas de reír. Todo eso estaría muy bien para hincarle el diente a la vida que queda por delante.
Me hice yo mismo un encargo, como casi siempre: diseñar una camiseta para Open Arms. Es una organización que admiro y respeto y necesita recursos para seguir salvando vidas.
Estoy muy feliz por el resultado. Ya puedes adquirirla en Samanté!, en el propio Open Arms y en las tiendas Natura. El 100 por 100 de los beneficios servirá para ayudar a los que ayudan.