Tuve el gusto de pasar por «El matí de Catalunya Ràdio» con Mònica Terribas. Y me dió por hablar de como ha cambiado el medio. Antes ibas sin afeitar, te aclarabas la voz, intentabas decir algo coherente o gracioso y ya estaba. Ahora no. Llegas y te encuentras cámaras (porque se grabará para internet) te piden cosas para otros programas, tuitean lo que vas diciendo, dibujas algo para luego ser colgado en Facebook. Una locura. Dije, en broma, que la próxima vez podríamos alicatar un baño mientras hablábamos. Y luego pensé que no haría falta que habláramos. Solo alicatar. Una nueva radio: sin palabras, solo sonidos aislados. Es probarlo…
Lo de ir a la radio
No saber y hablar
Cada domingo lo mismo: no sabemos, no sabemos, pero acabamos hablando una hora seguida. Y nos reímos y ponemos música. Y viene un público fantástico. Mira que hemos hecho cosas a lo largo de nuestra carrera y todas tienen algo para recordar, pero el NADIE SABE NADA es… especial. Se construye a base de la complicidad con mi compañero Berto Romero y siempre, siempre nos sorprende. Por eso le tenemos tanto cariño. Ya puedes escuchar todos los programas en ElTerrat.com
Nadie sabe nada
Pues ahí sigo con la frase que se convirtió en una sección, la sección que se convirtió en un programa de radio (otra vez en antena, todos los domingos de verano, en la Ser), el programa que dio paso a una función de teatro. Una cosa lleva a la otra. Me encanta también este concepto. En realidad, podría definir la vida misma. La vida: otro alarde de improvisación, aunque luego preguntas y nadie sabe nada.
«Fotodiario» en El Periódico
Volver a la radio
Hemos vuelto a la radio y eso siempre es bueno. Estos días, vuelvo a los estudios de Radio Barcelona, en la calle Caspe de la ciudad, para realizar NADIE SABE NADA con Berto Romero.
Una hora de improvisación semanal que disfrutamos como niños. Aprovecho para agradecer a la SER que haya contado con nosotros un verano más. Me vienen un montón de recuerdos a la cabeza. Me acuerdo de cuando llegamos con EL TERRAT a finales de 1992. De esas miles de horas de humor, de los compañeros, de nuestros oyentes que nos «daban alas» para volar por el mundo de la comedia. He encontrado una foto de 1997, firmada por Roser Vilallonga. Los buenos recuerdos no se olvidan jamás.
Más Peiso
Carlos Peisojovich camino del encuentro. Hay que hablar de como nos ha ido la vida después de treinta años. «¿Por dónde empezamos?