Decidí que este fin de año, iba a pasarlo en pantalón corto. Podría haberme quedado en Barcelona, pero estoy seguro que hubiera pillado el tercer resfriado del otoño/invierno. Así que estoy en Buenos Aires. Este es mi gran viaje pendiente a la Argentina y lo cierto es que mo me ha defraudado lo más mínimo. Buenos Aires es excesiva, luminosa, orgullosa, un poco sucia, sorprendente. Aquí hay trece millones de personas tirando del carro, bebiendo mate, soñando con Maradona, marchándose de vacaciones (¡DE VERANO!), confiando que la nueva presidenta Cristina, encuentre el rumbo adecuado para sacar a un gran país de un gran fracaso.
Al segundo día, ya contacte con la televisión local. Estuve invitado en el programa de Jorge Guinzburg «La Biblia y el calefón», de Canal 13. Guinzburg es un veterano rápido, brillante y divertidísimo. Un lujazo participar en su programa que va emitirse el próximo dia 7.
He comido toda la carne asada que me toca para el 2008 y he andado tantos kilómetros que me estoy planteando volver a pie hasta Barcelona. También he hecho miles de fotos que van invadir Captura y he dejado de pensar en
el programa. Eso es bueno. Ahora me voy a la cancha de Boca. Otro santuario popular.