Un señor

Lunes, 29 de mayo de 2023

Un señor payaso. Uno de los mejores: Tortell Poltrona. Hace 30 años creó Payasos Sin Fronteras para llevar sonrisas a zonas de conflicto. Y ahí sigue.

También en su CIRC CRIC sentando cátedra. El próximo día 3 de junio de 2023 tendré el honor de presentar con él la gala de Payasos Sin Fronteras en el Teatro Circo Price de Madrid. Será un honor.

Ayudar a los que ayudan

Miércoles, 19 de abril de 2023

Me hice yo mismo un encargo, como casi siempre: diseñar una camiseta para Open Arms. Es una organización que admiro y respeto y necesita recursos para seguir salvando vidas.

Estoy muy feliz por el resultado. Ya puedes adquirirla en Samanté!, en el propio Open Arms y en las tiendas Natura. El 100 por 100 de los beneficios servirá para ayudar a los que ayudan.

Muchas gracias.

¡Lo hicimos!

Martes, 21 de julio de 2020

Costó pero lo hicimos. Todo lo bueno cuesta. Samanté!, dibujos y camisetas, es una idea antigua que siempre suena moderna. Dibujos de guerrilla como me gusta llamarlos. Rápidos, a veces urgentes, puñetazos o caricias, eso depende.

Ya saben que me gusta mucho este rollo y que el diseño gráfico es mi vicio no oculto. Creo que también se puede comunicar a través de él. Y mucho. Ahora ya lo comparto a través de una tienda online donde el 10 por ciento siempre irá a causas humanitarias. De paso les haremos de escaparate, ayudaremos a difundir las ideas de la buena gente.

Espero que el Samanté se derrame sobre vosotros como una cascada de buen rollo, tan necesario en estos tiempos inciertos.

Samanté!

No podré olvidar Lesbos

Martes, 17 de mayo de 2016

No podré y no querré. Todo lo vivido y contado con cooperantes y refugiados nos ha calado a todos muy hondo. Sabíamos que seguíamos un instinto y eso nos ha conectado con las emociones y ellas, a su vez, con un montón de buena gente. Ese tipo de gente con la que quieres estar y para los que quieres hacer televisión.

Los espectadores también han entendido el cambio de registro por un día. No lo dudaba pero me preocupaba un poco. Gracias, muchas gracias. Todavía creo que la tele, a veces, puede ser un buen abrelatas. Puede y debe abrir conciencias, denunciar, ser un espejo puesto delante de la realidad. Sí, vale, la tele es para distraernos pero también puede hacernos pensar al mismo tiempo. Hay momentos para reír —muy necesario— pero luego la vida te recuerda que está llena de trampas de gente desfavorecida y vulnerable. Eso no tiene gracia, entonces… ¿por qué no contarlo?

Hoy vuelvo a agradecer de corazón a todos aquellos que sumaron, se esforzaron y se unieron al proyecto de «Late Motiv en Lesbos». Todo en un tiempo récord lo cual no deja de asombrarme y hacerme sentir muy orgulloso.

Serrat, Oscar (Proactiva), Nico, cooperantes, regugiados, Samuel, #0 y mi gran equipo de compañeros de «Late Motiv». No olvidaremos Lesbos ni lo que supone ni como nos ha transformado. Volvemos a la comedia, por supuesto, pero habrá que seguir teniendo la maleta a punto y el instinto afilado.

Lesbos

La perseverancia de Médicos Sin Fronteras

Miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tengo el honor de colaborar con la organización Médicos Sin Fronteras de España. Me lo propusieron hace años y dije que sí inmediatamente. Les conocía superficialmente, como todos, pero no dudé ni un minuto. En este tipo de cosas no puedes dudar. Una voz interior te dice: «Son mejores que tú, son como serías tú si tuvieras más valor, si fueras más generoso, si el miedo o el desconocimiento no te paralizaran». Por eso colaboras. Tienes la esperanza de que se te pegue algo, de que te ayuden a entender este mundo injusto y desequilibrado donde el drama está a la vuelta de la esquina. Mientras la mayoría de la gente tiramos como podemos en el llamado primer mundo (el concepto ya rechina por desgastado) hay un grupo selecto y escogido que trabaja para los más desfavorecidos. Personas especiales, médicos y enfermeras en este caso, que dejan la comodidad de sus hogares y se desplazan a zonas de conflicto o arrasadas por desastres naturales. Nadie les obliga. Van porque quieren y gestionan el caos, improvisan, pactan, observan y, sobre todo, empiezan a salvar vidas. Cuantas más, mejor. Hay decenas de organizaciones, yo conozco a los de Médicos. Y no vale la sospecha cretina que de vez en cuando levanta alguna organización fraudulenta. Son excepciones que no desvirtúan al colectivo, ni mucho menos. Gente mala la hay en todas partes.

Hace poco pude comprobar la vitalidad de Médicos. Estuve en uno de los actos que convocan regularmente para sus socios y colaboradores. Eventos honestos e informativos donde puedes ir para conocer todo lo que hacen, todo lo que les preocupa y su día a día. Nos juntamos en Barcelona y me propusieron charlar con su presidente, José Antonio Bastos. Tras esas horas de inmersión solidaria, mi admiración va en aumento. No hay nada mejor que conocer los detalles y los matices para valorar todavía más las cosas. Lo primero: Médicos cuenta con 300.000 asociados en España y un total de 600.000 colaboradores. A pesar de la crisis y las dificultades, la gente no quiere olvidar que otros están peor. ¿Acaso no es esto emocionante y reconfortante? Gente, según me dicen, que a veces pide bajar la cuota pero que en ningún caso se quiere desentender. Eso sí es un ejército. Una gran masa de personas que apoyan, empujan y exigen. Así lo sienten en Médicos.

Su presidente me gusta porque no se instala en la épica ni en la heroicidad, aunque podría hacerlo, y de sobras. Pero no. Es un hombre pragmático, autocrítico y enamorado de lo suyo. Le brillan los ojos cuando cuenta lo que hacen, cómo sufren, cómo dudan. A veces le brillan de rabia por la impotencia en algunas situaciones donde el excesivo peligro pone en jaque a la organización. «No somos mártires, no queremos serlo». Por eso se han ido de Somalia, lo más parecido al infierno en la Tierra. Tras los secuestros, los asesinatos, las mafias y el desgobierno, la operativa era impracticable. Por lo que cuentan, no es un fracaso, ni una renuncia. Es un reset porque, conociéndolos, volverán.

Médicos no para ni un momento. Su mapa de actividad por el mundo es alucinante. Ahora, el foco está en Filipinas, pero sus tentáculos abrazan todo el planeta. Les propongo modestamente que, si no les conocen, pierdan diez minutos y entren en su web, consulten lo que hacen, que les admiren y les ayuden como yo. Estos días está en marcha la nueva campaña: Ser humano salva vidas. Con un solo clic podemos salvar hasta 100.000 vidas, que serían solo la punta de un vergonzoso iceberg. Está en nuestras manos.

«El Berenjenal» en Interviú.

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